ah! el destino...

Una loba aullando...

frente a su destino...

es extraño -dijo el hombre-

desconocía el anhelo interno…

el vacío de las noches en las que rondaba por toda la cueva sin poder dormir…

se sentía enjaulada aún en libertad…

las prisiones de sus mujeres, y el dolor…

ah!, el dolor que la soledad les dejo a su paso…

aún sabiendo que no era de ella…

Se despidió con una sonrisa…

el hombre siguió sin entenderla…

vete –dijo él- aquí te estaré esperando a tu regreso

no hubo llantos, no hubo tristeza…

en el fondo ambos sabían que probablemente no regresaría…

Salió en la búsqueda de ese anhelo…

en lo profundo del bosque…

allí, donde moraba su destino…
mientras su cuerpo luchaba por quedarse
una vez más...

Supo entonces de su soledad...
la soledad de las lobas errantes que no encuentran su manada...
Se sabía diferente, y aun sin comprenderlo
solo caminaba hacia esa negrura al encuentro de sus miedos...
al encuentro de sus verdaderos sueños
al encuentro con la luz que amanece
al encuentro del amor interno...
ese que nadie te roba, 
ese que nadie te quita...
ese que es solo tuyo...
y así se despojó de lo antiguo...

Pudo aullar con toda su fuerza en su noche más oscura...
hasta encontrar la luz de su templo interno...


Amaneció...
abrió sus ojos de miel...
estaba exhausta...
en ellos brillaba una luz diferente a todas...
su propia luz...
salía de adentro aunque nadie la viera...
encontró el sosiego que buscaba..
Entonces pudo escuchar afuera el aullido de las lobas de su Clan...

Bajo la influencia de Libra
Zhair Marrero S