martes, 22 de enero de 2008

Cuando se nos muere un ser querido... Dedicado A mi Madrina Tancha

No es nada fácil recibir la noticia, entra una incertidumbre de si te están tomando el pelo o es en serio. Y cuando ya no te queda otra que aceptarlo entonces comienza el dolor. Es un dolor inexplicable, y comienzas a pensar en todo lo vivido. “Toda pérdida, toda muerte es una pérdida irreparable”(1). "Cuando comprendamos que la ley de la vida es la ley del morir, y que es muriendo como se nace, que es desprendiéndote como consigues, que es desarraigándote como te liberas, que es reconociéndote en el otro como afirmas tu individualidad..." Jorge Carvajal Posada. 

 Tómate un tiempo para entrar en tu mundo interno, buscar tus propios dolores (porque el dolor es una reacción de fuga, escape o de ataque y desafío), dale tiempo a que salga la crisis, que emerja, que la veas, que la reconozcas y le digas "Gracias", "si" te veo... por favor... Queremos que el dolor pase rápido, sin vivir el proceso, y nos aturdimos con el trabajo, con alcohol, con drogas, con espiritualidad, todas formas de cerrar nuestro corazón al dolor para buscar una paz ficticia, desde donde emerge inevitablemente la enfermedad, vista como la ausencia de salud, ausencia de alegría por vivir, entumecimiento de músculos y articulaciones, etc. Hacer el duelo, llorar, tomarse un tiempo para estar en silencio interior, "vestirse de luto" es sano, lo que no es sano es pasar en depresión por un duelo no resuelto más de un año, o toda una vida como dice . (1) Anne Ancelin Schützenberger y Avelyne Bissone Jeufroy, 

Según los trabajos de Elisabeth Kubler-Ross y su propia experiencia. OMEBA, en el libro Importancia del Trabajo de Duelo. Dejar pasar toma tiempo, dejar pasar a la larga se convierte en el perdón, equilibrio perfecto entre el dar y el tomar. 

 A mi Madrina Tancha: Recordé de cuando era pequeña y jugaba en tu casa, me sentía cómoda en ella. Era muy familiar, muy querida. Te elegí porque quise, Te elegí porque te quería desde pequeñita, Aunque deberían haberte elegido mis padres, te elegí yo.Nunca me juzgaste, Siempre sentí que me amabas… Aun de grande cada vez que fui a Barquisimeto, me recibiste con una sabrosa sopa, alegre porque simplemente era yo, y para tu alegría bastaba que fuéramos nosotros mismos.

Fuiste la madrina que yo escogí, gracias a mamá que me dejó elegir.

Desde donde sea que quede el cielo, se que ahora estas con tu Divina Pastora, Ella te cuida. Gracias por los momentos que compartimos juntas... fue bueno tenerte en mi vida. Bendiceme… En tu novenario. 18 de Enero 2008. Te quiero mucho.

Zhair Marrero Serrano
Tu ahijada de confirmación

jueves, 17 de enero de 2008

Un cuentito: Villa Chiquita...

Había una vez, como comienzan todos los cuentos, que hubo y no hubo, que fue y no fue, y que nadie sabe y no sabe que pasó.

Érase un pueblo, llamado Villa Chiquita, un pueblo de una plaza, de una iglesia, de un hospital, de una alcaldía.

En Villa Chiquita había calor, mucho calor, y cuando había mucho fresco decían que pronto la lluvia llegaría al pueblo de al lado y se devolvía, casi nunca seguía para Villa Chiquita.

Allí disfruté todas mis vacaciones de la infancia, de muy pequeña iba yo a casa de unas dos tías, dos mundos diferentes, una de ellas tenía una gran casona, donde llegábamos, en el centro había un hermoso jardín. La otra vivía en otra parte de la ciudad, donde no mucha gente conoce, donde la pobreza es solo cuestión de dinero, con el Alma grande y el Espíritu puro e inocente.

Les voy a contar de las dos.
La tía del otro lado de la ciudad: era muy pobre económicamente, su casita, con paredes de bahareque, tenía techo de zinc, un bañito muy pequeño, que cuando te bañabas por el calor, salías igualito de sudado porque el zinc te calentaba. Así de pequeñito era el baño. La sala, ah, eso era otra cosa, en la sala habían chinchorros colgados de sendos troncos de árboles que sostenían el zinc, en los que pasábamos la hora del burro, allí nos dormíamos y la abuela Tacha nos abanicaba para que no nos picaran los moscos y dejara de fastidiar a los loros.

La hora del burro, eran entre las 12m y las 3 pm porque a esa hora el calor era tan grande que nadie salía a la calle a caminar, y el burro como perezoso era un modelo a seguir en esos horarios de la tarde, las hojitas secas eran lo único que se veía pasar por las calles solitarias y la gente dormía por el sopor de agosto

Había varios loros verdecitos cabeza negra, de esos que llaman cara sucia, y tres cotorras de colores rojos, y verdes, todas libres aunque se iban a dormir en una jaula grandota. Lo que más me gustaba era el patio, era de tierra, en la ciudad no teníamos oportunidad de jugar con tierra, y terminábamos marroncitos.

En ese patio había un gallinero, y me dejaban recoger los huevos en una cesta para venderlos en la bodeguita. Tenía yo como tres años cuando eso, y lo temible era, que al salir del gallinero, tenía que pegar una carrera porque un chivato cuidaba la parte de afuera, y todo en equilibrio para que no se me cayeran los huevos, era toda una odisea a mis tres años, y me inventaba una historia con el fulano chivo, de esas de superhéroe que salvó los huevos del chivo.

Allí teníamos un primo grande, que tenía una moto que se compró vendiendo lotería, y nos daba una vueltita en la calle. De eso no podía enterarse nadie, porque el zaperoco que le armaban por peligroso que era montar a una niñita en esa moto… era nuestro secreto…

Cuando al fin la lluvia decidía llegar a Villa Chiquita, entonces gozábamos un puyero, porque nos podíamos bañar en los chorros que el techo de zinc dejaba caer. Nos bañábamos desnuditos, a esa edad, la vergüenza no existe y se comparte la lluvia… y era lluvia señores, con truenos y demás yerbas… aun recuerdo la risa confundida con la música del palo de agua sobre el zinc, y el olor a tierra mojada…

Llegue a vender caramelos en la bodeguita de mi tía, con ellas aprendí el valor de los centavitos, las puyas como le decíamos antes y como recompensa, almorzaba caraotas con suero, migas de arepa con queso rallado y tajadas, todo junto, no recuerdo si había más platos.

Caminé muchas veces junto a mi abuela en las procesiones de semana santa, y nos amenazaban con que el diablo andaba suelto para que no nos perdiéramos, y de verdad como folklore del pueblo, es la única ciudad que yo sepa, donde sé que sueltan al diablo, y luego se entrega en la iglesia. Siempre quise andar con una vela prendida en las procesiones por si acaso aparecía por ahi, lo bueno era que me dejaban, y aun hoy encender velitas es un ritual en mi vida… porsia...

Cuando llegaba el final de las vacaciones, recogía unas piedritas, que conservaba en la Gran Ciudad, para que no se me olvidara la tierra, me traía una pluma, para que no se me olvidaran los gallos, y me regalaron un lorito cara sucia, que luego parece que se lo comió el perro de otra de mis tías, y me dijeron que se había caído en el sumidero y se ahogo. Siempre sospeche de ese perro. Pero también pensaba en lo que sufrió el lorito cuando se cayó en el agua y se fue por el bajante… Cómo lloré mi pollito, lloraba por aquello que me pertenecía en el corazón…

Así pasó el tiempo y cuando crecí, ya los loros no me llamaban la atención, el chivato no era tan grande como parecía, y ya no me asustaba, entonces me aburría, y mi mamá decidió mandarme a que la otra tía.

La Tía de la casona. Ya tenía yo trece años, y descubrí que otro mundo existía, allí habían primos que como yo estaban crecidos, comencé a conocer amigos y amigas de mis primos. Fui a mi primera fiesta con discoteca y luces fosforescentes, la música que recuerdo era Bajando por el río y Epitafio, dos canciones que por lo largas, había que seleccionar bien a quien aceptábamos para bailar y aceptar al que uno le gustaba, porque si no, había que excusarse con el cansancio y esconderse por un rato.

Allí conocí al primer chico que me gustó, y a lo más que llegamos fue a un agarrón de manos, creo que a ambos hasta eso nos daba susto a esa edad.

Llegué a mis 15, y entonces tuve autorización solo en Villa Chiquita para salir a las discotecas, el ktuk, los Indios, y otros nombres eran divertidísimos. A los 15 recibí mi primera propuesta de matrimonio, de un amigo de mi primo, pero no estaba yo en eso, yo pensaba en divertirme… y así lo hice…luego me enteré que murió joven.

En las noches nos sentábamos en los portones, a "echar" cuentos de muertos y de la llorona, hasta que terminábamos asustándonos unos a otros. Y cuando la cosa se ponía buena, íbamos a dar serenatas por todo el pueblo. Teníamos un amigo cantante, que tocaba guitarra, como muchos en Villa Chiquita, eran músicos, y así amanecíamos con los primeros rayos del Sol que esperábamos porque era todo un espectáculo, los colores del cielo.

Recibí serenatas bajo el pretil de la ventana del cuarto de mi prima, una de las que recuerdo, era esa canción de Alí Primera que se llama “amor en tres tiempos”…

Un día conocí a un extranjero en una fiesta, sus ojos me impactaron, me sentí primavera porque en la fiesta se fijó en mí, las amigas de mis primas me querían desaparecer, pues ellas también se fijaron en el extranjero… no duró mucho, se fue a estudiar fuera de Villa Chiquita, y más nunca supe de él, yo tampoco volví a Villa Chiquita desde ese entonces, me dejé llevar por las circunstancias de la vida, La Gran Ciudad me atrapó con sus hechizos de Luna Nueva, y guardé en un cofre dorado que aún conservo, todos mis recuerdos.

Villa Chiquita es aún la ciudad que me da fuerzas en mis momentos de remembranzas de un pasado hermoso, divertido y alegre, y me sirve aún para tomar de mis ancestros la vida para vivir y disfrutar de los tiempos menos agraciados. Todos ellos fueron mi “otra familia”, la familia que elegí entre extraños. Hermanos del Alma que la vida nos puso y nos separó, hoy lejanos en el tiempo que implacable pasa y nos golpea los recuerdos…

Luego en la Gran Ciudad, me casé con un Musiú al que no le gustó Villa Chiquita…

Hace poco pasé cerquita, quise entrar y no pude, los cardones y las tunas fueron la llave para que escribiera este cuento...

A muuuundo Carora… de mis amores viejos… ésta va por ti y para ti mamá. Carora eres tu.
Gracias por la vida que me diste!!!
Te prometo que lo poco o mucho que me quede de vida, lo voy a disfrutar.

Re - Conocer...

Siguiente paso: Reconocer

El siguiente paso es el reconocernos a nosotros mismos, y tiene que ver directamente con la valoración que me doy a mi mismo: La autoestima.

En los cursos por lo general cuando emerge la necesidad del reconocimiento que no me han dado, lo primero que hago es pedirle que hagan una tarea: escribir y listar todas las capacidades que tenemos, incluso aquellas de las que nos sentimos capaces de ejecutar aunque no lo hemos hecho nunca. Haz la prueba, escribe en una hoja y lista todo lo que eres capaz de ser, hacer, tener y compartir, incluso esas capacidades y habilidades que aunque nunca has practicado, en tu interior emergen para decirte que si puedes hacerlo...

De allí a reconocer cuantas de las cosas que he hecho espero que otros me reconozcan, jefes, esposos, esposas, hijos, padres, abuelos, amigas, amigos, y pare Ud. De contar…

Cuando nos vamos a comenzar a reconocer, también es necesario e imprescindible saber que los que en verdad tienen que reconocerme, no lo harán, porque sus sistemas de familia no le permiten hacerlo. Hay familias cuya creencia es no decirle lo bueno que es la persona porque se pueden echar a perder, y basados en eso se justifican a si mismos, su propio no reconocimiento.

Hay un ejercicio para desprenderse del reconocimiento y la valoracion de otras personas, dile adiós...:
Cierra tus ojos, respira conscientemente, siente tu cuerpo, y en esa imagen interna coloca a tus padres delante de ti. Siente esa energía y fuerza que viene de solo saber que te dieron la vida, nada más… Dales las gracias, con amor, por esa entrega. Quédate un momento en la imagen, y respira la vida que viene de ellos y que llevas en cada latido de tu corazón. Luego diles Si, como fue, como es y como será. Igual quédate un momento con la imagen hasta que tu respiración te diga cuando cambiar a la siguiente frase: por favor…. Y si yo puedo reconocerme, y si yo puedo valorarme ahora, mírenme con buenos ojos y denme su bendición….

Date la vuelta en la imagen, queda de espaldas a ellos y frente a ti, la vida, siente que el reconocimiento esta ya dentro de ti porque eres tú quien te conoce y te reconoce mejor que nadie, puedes ahora valorar todo lo que eres….

Despídete del reconocimiento de las personas que esperas que lo hagan, y diles: esperaba mucho de ti… y solo tiene que ver conmigo, A Dios.....

Y si un día alguien te reconoce, da las gracias y en silencio, guárdalo para ti con humildad.


miércoles, 16 de enero de 2008

Recupera la alegría de vivir...

Recuperar la alegría de vivir.

Luego de hacer todo el trabajo de reconciliación con el niño interno, y el adolescente, comienza la etapa de recuperar la alegría por la vida, y ésta alegría tiene que ver con recuperar todas nuestras capacidades y la fortaleza que se generan a partir de las heridas sanas.

Traer al momento presente tu propia risa, la capacidad de sorprenderte con el amanecer de cada día, la gratitud porque de todo esto que te pasó saliste fortalecido, pleno, y lleno de una entereza que te hace bueno para elaborar tus nuevos proyectos.

“Después de la tempestad, viene la calma”, luego de hacer el duelo por lo que se fue, por lo que se perdió, entregarle al universo aquello que ya no te sirve, dejar atrás, y mirar lo que sigue, los proyectos de vida que tenemos, tomar lo que nos corresponde de la felicidad, encontrar en lo que ya tienes aquello que creías perdido, es nuestra nueva tarea.

Tengo una amiga, que tiene un curso que se llama los años dorados, y creo que son dorados por eso que podemos vivir con nuestras experiencias. Arrancar solo requiere de preguntas simples, mientras lees estas letras, puedes ir reflexionando sobre cada una de ellas: ¿qué quieres vivir el resto de tu vida? ¿Calidad de vida? ¿Qué significa eso para ti? ¿Haces lo que quieres? ¿Ganas lo que quieres? ¿Qué se necesita para lograrlo? ¿Depende de ti cubrir tus propias necesidades? ¿De donde viene la fuerza para seguir adelante? ¿De dónde puedes tomarla? ¿Qué cosas puedes hacer para cambiarlo? ¿Cómo puedes activar tus acciones para que te produzcan bienestar?

Para activar esta nueva tarea, no solo basta el proyecto, los costos emocionales, físicos y espirituales, lo que sigue es llenarlo de esa emocionalidad necesaria para que se realicen, es quizás un realismo mágico con el que envolver el proyecto y por último las acciones pertinentes, las fechas de realización, la apertura a las sorpresas hermosas que la vida también nos tiene.

Cada inicio de año, iniciamos con promesas que al final del año no cumplimos, y los saldos pendientes con nosotros siempre están en rojo.

Que este tu nuevo año que ya comenzó, sea para las acciones, no basta con pensar tu proyecto, actúalo, siéntelo, y ve disfrutando el proceso.

“El producto y el proceso van de la mano, ambos son importantes” el producto es la meta a seguir, el diseño, el proceso son las acciones y emociones que usamos para darle fuerza.

¿Qué cosas te dan alegría de vivir?..

A mi me da alegría estar con mis hermanos, hacer hallacas juntos, pasarla bien contando historias viejas y repetidas que igual nos reímos una y otra vez, hablar de Carora, y de nuestras vivencias más hermosas de la adolescencia, esos momentos que significaban nuestras vacaciones de chamos y de disfrute, ver a nuestros hijos crecer y recordar entonces las travesuras, de ellos y compararlas con las “inocentes nuestras”, hablar de nuestros tiempos… pasear por Venezuela, recorrerla,.. en fin les dejo una foto donde disfrutamos mucho en navidad, es la primera foto que tenemos juntos los tres.

lunes, 14 de enero de 2008

A mi Yo adolescente

Mi Yo adolescente..

En la primera semana de enero tuve la suerte de vivir una experiencia en un taller para padres de adolescentes. Al principio pensé como todos los padres, que el trabajo más grande lo realizaría mi hijo, que esta comenzando su adolescencia.

Craso error el mío, el trabajo mayor fue recordar momentos de mi adolescencia, los buenos y los malos. Así recordé con ayuda de un amigo muy querido, de mi adolescencia, una etapa que creí olvidada, que no quería recordar, por el dolor o porque pasa muy deprisa.

Recordé que de allí tomé la fuerza para decir y hacer vida en mi hoy, una frase, que una amiga del taller me hizo recalcar: “todo lo que me propongo lo logro”, “sin esfuerzo, sin ayuda”…

Hoy quiero darle las gracias a esa Yo adolescente a mi manera:


Hola, hace tiempo no te veía, te escondí en una caja de tesoros en lo más profundo de mis recuerdos…

Te he sentido despertar en éstos últimos días, y eso me asusta, no se quién eres…
Quise olvidarte por tus abandonos y los que te abandonaron,
por tu soledad, la que no sabías manejar, fue muy duro amar…
Y ahora reapareces, con tus sanas emociones, con tu irreverencia,
Con tus mentiras, con tus verdades,
Te sorprendes, como antes, te sientes, estas viva,…

Te juzgaron muy duro, no te creyeron y yo te entiendo,
Nadie te preguntó sobre lo que sentías y si era cierto…
Nadie te defendió, tuviste que hacerlo a puño y patada,
Nadie te apoyó en tus decisiones, y fuiste rebelde
Nadie miró tu Alma que amanecía…
Que un día borraste tu sonrisa, y saliste corriendo a la vida,
sin sentirla, sin saborearla, entumecida,
complaciente, solo para que te quisieran un poco…
para ganarte el amor, pagaste un precio muy alto…

Hoy estoy aquí para ti, para decirte que si pudiste con todo,

Que ésta es mi vida ahora, que yo me encargo,
Que yo puedo cuidarte, yo te protejo,
Que yo te creo, que para mi eres cierta, yo te defiendo
Conmigo aquí no tienes que reconstruirte,
Ni seguir buscando quien te quiera, yo te quiero asi,
Como eres, con tus imperfecciones, tus errores,
De emociones reencontradas, ya no tienes que correr
De alegrías inesperadas, ahora puedes volver a amar a tu manera…

Que todo lo que te propusiste, lo lograste, sin esfuerzo, sin ayuda…

Yo te acompaño ahora,
Y te prometo, nunca más esconderte, ni abandonarte,
Yo me quedo contigo. Yo estoy aquí…
Ahora puedes expresar lo que sientes…
Ya no importa el que dirán…
Y cuando te duela, yo estaré allí, y puedes llorar haciendo tu duelo
Y cuando te alegres, me reiré de nuevo contigo, 
sin sentir verguenza por tus dientes torcidos...

Gracias por reaparecer, aún hay tiempo,
Y lo poco o mucho que quede de vida, lo disfrutaremos juntas
Gracias por hacerme sentir la vida!!!

sábado, 12 de enero de 2008

Depende, del color de las rosas!!!

Depende…
Del color de las rosas,
Del frescor de las hierbas
Del azul del cielo

Me gusta ese nombre, es el nombre de mi perfume…

No es una publicidad, es solo lo que significa un perfume para mi…

Su escogencia…
La dedicación por parte de quien te lo regala..

El tiempo que dedicamos a elegirlo al pensar en ti de esa forma

Una fragancia, un aroma, un color, una transparencia
Una textura, una piel
Un romance que comienza con uno mismo, un cuidado personal
Un símbolo si te lo regalan,
Alguien te ve…
Alguien te huele…
Alguien te toca…
Alguien te escucha…
Alguien te siente...
Alguien te quiere...
Alguien te piensa...

En colores:
En rosa te ama
En rojo siente pasión
En blanco te pide paz
En amarillo se preocupa por ti
En verde es natural
En azul es el amor

Gracias por tomarte ese tiempo para mi
Por la belleza de la rosa
Por recordar lo que me gusta
Por el detalle de amor y lealtad
Por la delicadeza de la rosa
Tan sutil que si la tocas, el pétalo se cae
De ahí la expresión “Ni con el petalo de una rosa”
Significa mucho para mi
Sobre todo ahora...
Yo, la mujer…

Adolescencia... Divino Tesoro

Adolescencia, divino tesoro… Parte I

Tesoro que guardamos en nuestros corazones, porque es en esa etapa que vivimos el despegue de nuestra emocionalidad, buena o mala, la nuestra propia.

Hablar de la adolescencia primero es hablar de lo que sucede en nuestros cuerpos físicamente, “es la edad del desarrollo”, pero ¿qué significa eso?, para entenderlo como padres, o como adolescentes, necesariamente hay que leer un poco, sobre el proceso que vive el cuerpo físico y las presiones a las que somos sometidos durante esta etapa. Lo que no se enseña, es cómo resolver a través del tiempo los problemas de la adolescencia, hablan de lo que ya sabemos y vivimos con los hijos, pero nadie nos dijo como adolescentes que eso era lo que viviríamos y que tendríamos que soportar en el proceso de ser y convertirnos en adultos.

La adolescencia como dice Martha Espinoza del Instituto Prekop, es la etapa donde nos sentimos omnisapientes e invulnerables: el adolescente todo lo sabe y nada le pasa…

Tomando de sus mismas palabras: “Hablar del adolescente es hablar de alguien extraterrestre, pareciera que nosotros los padres no pasamos por ahí, incluso llegamos a negar nuestra adolescencia, omitiendo aquellas cosas de las que nos avergonzamos o avergonzamos a la familia”, es una etapa de mucho desorden, emocional, mental y físico, y cuando crecemos si no cubrimos las expectativas de nuestros padres, pues haremos lo mismo con nuestros hijos, ellos tampoco cubren nuestras expectativas. Le exigimos sin mirar su emocionalidad y lo que le pasa realmente. ¿Cómo exigirles a nuestros hijos adultos la autonomía, la autoestima, la autodependencia? Si nosotros aún estamos intentando ser autónomos, autodependientes, independientes y autoestimados, y no sabemos enseñarlo a un adolescente?

Precisamente es en la etapa adolescente que podemos trabajar con ellos el inicio del proceso de separación, y la forma tradicional de hacerlo es mostrando su inconformidad a todo lo que digamos, quiere establecer sus propios límites y nosotros no lo dejamos, y tampoco se lo enseñamos.

Si estás leyendo éste artículo y eres padre o madre de un adolescente, contacta tu propia adolescencia, recuerda aquellas cosas que te hacían poderos@, invulnerable, y aquellas en las que flaqueaban tus poderes, conversa con tu hij@, que te cuente que lo hace sentir inseguro contigo, respira profundo y solo escuchal@, háblale de tus miedos, los mismos que tenían nuestros padres, sus abuelos….

Querido Hijo, si, es contigo,
Quizás te extrañe, yo me extraño,
Que hoy te escriba a ti.

No es fácil para mi hablarte, es más fácil pelearte,
Que decirte lo que me duele o lo que me enorgullece de ti.

En mi familia, la mejor, no se nos alaba porque nos podemos echar a perder,
Es una creencia que viene de nuestros ancestros, y así la honré.
Hoy quiero decirte que estoy orgullosa de ti, de cómo has crecido,
Eres más alto que yo, eres muy inteligente, sabio y amoroso,
Algo de lo que no disfruté mucho, pero hoy estoy satisfecha de lo que hice,
cuando te veo, y se que algo bueno pasa.

Hoy, estoy contenta y gozosa en mi Alma,
Eres mi hijo, y asi como eres, eres perfecto…
6 de enero 2008.

Luego de 23 años... sigo activa con La PNL...

Y nunca se me olvida, porque surgió ese diciembre de 1999 fatídico en Caracas, Venezuela, con el deslave de la Guaira... allì conocì en la r...