lunes, 22 de noviembre de 2004

La Posada

Una aventura ir a Bogotá a conocer el Maestro de nuestra Maestra Carola Castillo, quien nos invitó a conocerlo. 

Entré a las Constelaciones Familiares, luego del Deslave de la Guaira, un desastre natural de 5 días de lluvia, y trabajé en Radio Continente esos 5 días, "cazando" papelitos para juntar a las familias del deslave. Fue intenso. Trabajábamos de a dos, uno recibía las llamadas, anotaba y otro cazaba los papelitos a ver si ya la familia se había encontrado y si no, llamar a la familia ara avisarles que su familiar estaba vivo, o aún no aparecía.

Luego de esos 5 días, hicimos amistad con quienes estábamos acompañados, nadie se presentó con un curriculum, más que su nombre. Cuando todo pasó, fue que empezamos a conversar sobre lo que hacemos en la vida, y allí supe que Lenín Wilhelm era un Maestro de PNL, El resto es historia. 

En mi percepción, conocer a Bert Hellinger es un antes y un después, aunque con mi maestra Carola fué espectacular, ésto lo sobrepasaba.  El trabajo en vivo sobre los Ordenes del amor, sobre las implicaciones, me dejó con ese sabor a más.

Compre varios libros:
Ordenes del amor
Religión, Psicoterapia y Cura de Almas
Felicidad Dual
Reconocer lo que Es

Ya les contaré. Les dejo la foto del grupo. y él, Lenin me invitó a que fuera a una consulta con Carolina Castillo, por el tema que yo personalmente estaba pasando.



Aca un texto:
Historia: La posada
Alguien pasea por las calles de su ciudad. Todo le parece familiar. Le acompaña una sensación de seguridad y también de ligera tristeza porque muchas cosas se mantienen en secreto, y una y otra vez se encuentra con puertas cerradas. A veces hubiera querido dejarlo todo y marcharse lejos de aquí. Pero algo lo sujetaba, como si estuviera luchando contra un desconocido y no pudiera separarse de él antes de conseguir su bendición. Y así se siente prisionero entre ir hacia adelante o hacia atrás, entre marcharse o permanecer. El hombre llega a un parque y se sienta en un banco. Se apoya contra el respaldo, respira profundamente y cierra los ojos. Deja estar la larga lucha, se fía de su fuerza interior y siente que se va calmando y entregando, como se entrega un junco al aire, en armonía con la variedad, el vasto espacio y el largo tiempo.

Se ve a sí mismo como una casa abierta. Quien quiera entrar, puede venir. Todo el que llega trae algo, se queda un rato y luego se va. De esa manera, en esta casa hay un continuo ir y venir, traer, quedarse y partir.
El que llega nuevo y trae algo nuevo, envejece mientras se queda, y finalmente viene el tiempo de su partida. También llegan muchos desconocidos, gentes que durante mucho tiempo fueron olvidadas o excluidas. Ellas también traen algo, se quedan un tiempo y luego se van. Llegan igualmente los malvados, a quienes preferiría prohibirles la entrada, y también ellos aportan algo, encuentran su lugar, se quedan un rato y vuelven a partir. Cualquiera que venga siempre encuentra a otros que llegaron antes o que vendrán después. Y como son muchos, cada uno tiene que compartir. Todo el que tiene su lugar, también tiene su límite. Todo el que quiera algo, también tiene que adaptarse. Todo el que haya venido, puede desarrollarse mientras se quede. Llegó porque otros se fueron, y se irá cuando otros vengan. Así, en esta casa hay tiempo y espacio suficientes para todos.
Así sentado, se siente a gusto en su casa, sabiéndose unido a todos los que vinieron y vienen, aportaron y aportan, se quedaron y se quedan, se fueron y se van. Lo que antes estaba inacabado, ahora le parece completo; percibe que una lucha se termina y que se hace posible la despedida. Espera, sin embargo, el momento justo. Después abre los ojos, echa una última mirada a su alrededor, se levanta y se va.

Bert Hellinger


Hasta el Próximo post,

Información e inscripción para nuestra Formación en Constelaciones Familiares:

zhairm@gmail.com

Luego de 23 años... sigo activa con La PNL...

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