lunes, 14 de agosto de 2017

"El Arte de Perder", parafraseando a Vero, "Para ser la mejor versión de mi misma"

De una amiga que no conozco personalmente pero que sin conocernos, la admiro por su narrativa, y lo que hemos compartido por estos lares, voy a parafrasear su escrito a mi manera. Permiso Veronica Verglierchio.

Ella habla del "Arte de Perder", como un reconocimiento a lo que algunos llaman "fracasos", sobre tener casa, carro, esposo, niñitos, títulos, etc. De ser una "fracasada" en no se que arte...


El reverso de la moneda es perder justamente tu casa, tu carro, tu esposo, en eso que llaman divorcio, en lo que se considera un equilibrio inestable de las relaciones humanas y sus implicaciones, por esa sola razón, también nos llaman fracasadas, por aquello de no haber podido mantener al marido etc. tampoco encajamos en este mundo en el que después de un divorcio "eres de segunda mano".


Las otras pérdidas, lo que más amamos, a los padres, perder a un hijo, supera todas las pérdidas materiales habidas y por haber, y ser una fracasada ante mis padres y hermanos, ha sido el mayor impulso interior que pude tener para lograr lo que hoy soy.


El fracaso, en realidad fue no cumplir las expectativas de mis padres, desde  pequeña, querer hacer lo que quería hacer, diferente a lo que consideraban éxito, me llevó al autoexilio por muchos años.


Lo difícil de relacionarme, no lo entiende todo el mundo, y no quiero que lo entiendan, ni siquiera mis hermanos lo entienden, ni lo entenderán...

Ahora, luego de tantos años, este escrito sobre "El Arte de Perder" de Vero, movió en mi, la historia y el inventario de las pérdidas, al mismo tiempo que las rememoraba y las ponía en lista, pude ver lo que hice a partir de esa pérdida. 


Su influencia sin duda, me ha llevado lejos. Hoy me siento agradecida a mis pérdidas, esas han sido las lecciones que van haciendo todos los días "la mejor versión de mi misma".


Aca su escrito:  Verónica Verglierchio

"Alguna vez me dijeron que era una fracasada. Claro, no conseguí hasta ahora (e intuyo que no lo conseguiré nunca), nada de lo que se espera de una mujer de mi edad: ni casa, ni auto, ni título universitario, ni marido, ni hijos, ni la seguridad del trabajo en relación de dependencia. 

¡N-A-D-A!

Yo lo supe pronto, no era como la mayoría, no encajaba en este mundo.

Es difícil tener gustos diferentes, capacidades diferentes, cualidades diferentes y, sobre todo, expectativas y anhelos diferentes.

Y, sin embargo, creo que esa es mi gran fortaleza y bendición: ¡ser feliz, a mi manera!

Ninguna receta, ninguna lista de lo que hacer o tener, ningún ejemplo a seguir, puede asegurarme la felicidad..., salvo: 

¡RESPETARME Y DEJARME SER LO QUE SOY!

Este es mi mayor éxito.

Imagen: sé la mejor versión de ti mismo. Haz lo mejor que puedas.

martes, 1 de agosto de 2017

CARACAS. La fama de la Riqueza Por Arturo Uslar Pietri

CARACAS. La fama de la Riqueza
Por Arturo Uslar Pietri

Del hacer y deshacer de Venezuela

En 1548, por la media docena de flacos pueblos que constituían la Gobernación de Venezuela, empezó a extenderse la noticia de que, en un alto valle cerca del mar, poblado por indios karacas, habían ricas minas de oro.

El nombre de Caracas resonó por primera vez en aquél vasto territorio desierto con este tintineo de oro.

No era necesario más para mover a aquellos conquistadores roídos  de desesperanzas que pernoctaban en las chozas de El Tocuyo o en las Playas de Margarita.

El primero en aparecer fue Francisco Fajardo, el valiente mestizo que se presentó en la costa buscando apoyo de los parientes indígenas de su madre. Fajardo venía de oriente y del mar. Fundó en la costa el pueblo de El Collado, pasó el alto monte azul y se asomó al valle recogido y risueño, cortado por varias corrientes de agua y por un largo río. Era el Valle de Maya o del Guayre, y allí fundó una ranchería con el nombre de San Francisco.

Los indios destruyeron la ranchería de Fajardo y el valle volvió a quedar en poder de las aguas, los pájaros y los indios. Los nombres de los Caciques se parecían a los nombres de los pájaros: Guaycaipuro, Paramaconi, Sorocaima.

Guaycaipuro murió entre llamas como un ave de fuego en combate.
Otros vinieron en busca del oro, sin hallarlo y sin poder afincar en la tierra combatida. Hasta que en 1957, Don Diego de Lozada, que venía de las poblaciones de occidente pudo tomar posesión permanente del valle y repoblar la desaparecida fundación de San Francisco. Había nacido Santiago de León de Caracas. Unas cuantas chozas entre el Catuche(*) y el Caraota. Lejos al Sur, pasaban las abundantes aguas del Guayre y en las soledades agrestes del Naciente se oía el rumor del Anauco. 
Plano de Caracas por Diego de Henares 1566 aprox


Luego de 23 años... sigo activa con La PNL...

Y nunca se me olvida, porque surgió ese diciembre de 1999 fatídico en Caracas, Venezuela, con el deslave de la Guaira... allì conocì en la r...