jueves, 6 de marzo de 2008

La vida es un regalo...

La vida es un regalo, que algo más grande que nosotros nos la ofrece…

Pero nosotros decidimos si la tomamos o no.

Si no la tomo, aun cuando vengo a la vida, no la disfruto para nada, pasó por ella, pero ella no pasa por mí. Es lo que podemos llamar “ni fu, ni fa”, sin música, sin esperanzas, sin entrega, sin paisajes, “vivo por vivir”, pasamos alguna parte de ella o toda así, cuando contactamos con esto, todo esta bien, siempre todo esta bien, y yo agregaría, bien desconectados de lo que es nuestra realidad: no se sufre y tampoco se disfruta, simplemente estoy ahí.

Si la tomo a medias, estoy en la vida, solo algunas veces, es como si solo puedo recordar algunos momentos felices pero destaco los momentos de “drama y dolor” más que los de disfrute. Se vive, si, aunque podemos decir que un poco “quejones”, mirando el vaso medio vacío, siempre la culpa es de la vaca, el gobierno, la gente, siempre tiene la culpa de las calamidades.

Y la tercera opción, es tomarla toda, estoy en la vida, intensamente, disfruto a plenitud cada momento, disfrutando al máximo los momentos de alegría y también me entrego al dolor, dándole el tiempo necesario a cada uno de ellos para procesarlo, reflexionar, y sacar provecho de todo eso que me pasa.

Tengo un trío de amigas, con el que hablé de este tema un día que veníamos de un trabajo personal, y nos reímos mucho porque luego que nos hicimos el hara kiri en un curso terapéutico, nos dio un ataque de risa, y concluimos sintiendo que por fin estábamos en la tercera opción, “al fin estamos en la vida”, y así le decimos SI, a todo lo que es, a como viene, de quienes viene, tal como fue, es y será.

Y escribo esto luego de tres meses de silencio, porque en febrero se murió otra de mis tías, una de las más queridas por mi papá, mi tía Zenovia, yo estaba fuera del país y nadie me avisó, y cuando regresé tampoco nadie me avisó. Si no es porque reviso el blog de mi hermano, y hablo con un familiar, pues ni me entero. Me dolió profundamente, el hecho de que ella se muriera, pues así es el dolor de la muerte de un ser querido, y en un día me pasó la historia de mis encuentros con ella, y sus cuentos, recordando que fue ella quien me “actualizó el genograma” hace poquitico, acompañado por un pedazo de torta.

Luego que se me pasó, me entró una resaca de dolor interno, que es un poco la autocompasión, que viene seguida de: si yo hubiera….., pero no fue, se fue y no me despedí, se fue y no la visité más, y ya es tarde…

Pasó el mes y no llamé a mis primos, unas por vergüenza, esa vergüenza que tiene que ver con nosotros, por sentirnos irresponsables, juzgados, etc. Pero se muere otra tía, Amelia y fui a su velorio, y sentí un hueco enorme en el pecho, vi a mis primos, a casi todos, y recordé el ejercicio de entrar a toda la familia en nuestro corazón para estar llenos y plenos de vida. Estando allí uno por uno, además de abrazarnos, iba metiendo adentro con amor todas las historias, que son mías también…


Lo que quiero dejar en este escrito como invitación para el que lo lea, es que esperamos y creemos que los seres queridos vivirán para siempre, y no tomamos acciones para estar con ellos y disfrutar de lo que realmente es en lo que pueden ser sus últimos o primeros días. Metemos en nuestros vacíos a los amigos, a los hijos, a las parejas, y ellos nunca podrán ocupar el lugar de quienes en verdad deben estar allí, de quienes pertenecen a nuestro corazón y a nuestra Alma: nuestros padres, los tíos y tías, los abuelitos,… y disfrutar con los primos, solo así los amigos, la pareja, los hijos tienen chance porque ya no ocupan los lugares que otros siempre se han merecido.

Aprovecha la vida en toda su plenitud, como ese tren que sube y baja montañas, no solo rusas, si no que va desde lo profundo de los infiernos hasta el cielo y a veces va por desiertos, ríos, llanos, bosques, sabanas,… con sus colores, con sus sonidos, con sus paisajes.

La familia, es todo lo que es, como es, como será, siempre la mejor familia y de allí como sea que fue, vino la nuestra…

Luego de 23 años... sigo activa con La PNL...

Y nunca se me olvida, porque surgió ese diciembre de 1999 fatídico en Caracas, Venezuela, con el deslave de la Guaira... allì conocì en la r...