lunes, 14 de febrero de 2011

Escribir como una forma de Sanación Interna XIX

¿Y qué hacemos cuando llega un día como hoy el de los enamorados y alguien comienza a gustarnos?
¿Qué hacemos con el miedo?... por aquello de enamorarse... entregarse... amor incondicional... y el susto quien o qué nos lo quita?

Con un poco de cobardía, sobre todo cuando entendemos desde los campos fenomenológicos, que esto solo "ocurre", y se genera un movimiento... perooo

¿hasta dónde somos conscientes de esos movimientos?

En principio es muy fácil lanzarse, pero conociendo las "leyes y órdenes" que rigen estos movimientos, nos damos cuenta que la responsabilidad ante una relación amorosa, crece, y que en ese orden si el Hombre, no inicia el movimiento, la Mujer pierde la fuerza femenina de esa iniciación, pues le quita al Hombre esa propia energía masculina de la invitación o el inicio.

Me gusta mucho un artículo que es una ponencia en un congreso de Constelaciones de Tiu Bolzman del cual transcribo textualmente:

El tango. Un ejemplo del orden entre el hombre y la mujer.

Tiiu Bolzmann

Cuando trabajo con parejas y trato a explicar los Órdenes del Amor entre hombre y mujer me refiero al Tango para explicar que quiere decir: " La mujer debe seguir al hombre y el hombre debe servir a la mujer".
Tango es más que un baile.
Tango es un ejemplo vivencial de la vida entre hombre y mujer.

“Pongamos por ejemplo a un hombre y a una mujer. El uno se encuentra en un lado del río, la otra en el otro. Los dos tienen sus puntos de vista, cada uno en una orilla distinta. Ahora bien, no les sirve de nada ir pregonando sus puntos de vista. El río todo el tiempo va pasando delante de ellos. Para saber realmente lo que es el orden, ambos tienen que abandonar sus posiciones, bajar al río y meterse en el remolino. Entonces se darán cuenta de lo que es la vida y cual es el orden que para ellos resulta.” (Pág. 128)*

El hombre busca una mujer con la cual quiere bailar y la mujer busca un hombre con quien quiere bailar. Se buscan con los ojos y si ambos están de acuerdo, se encuentran en la pista de baile.


El abrazo

El hombre y la mujer se encuentran, el hombre extiende su mano, la mujer coloca la suya en la mano de él. El hombre rodea con el otro brazo el cuerpo de la mujer. La mujer apoya relajadamente su brazo sobre el hombro de él o rodea su cuello. A modo de saludo sintonizan sus movimientos, girando con sus cuerpos en un semicírculo o también realizando un balanceo, pasando el peso del cuerpo de una pierna a otra.


Hay dos formas de bailar: una es abierta y amplia y la otra es cerrada y estrecha. En la Argentina, las personas se saludan con un beso en la mejilla. La cercanía de cara y tronco está permitida. El contacto con las partes inferiores del cuerpo no - ése es íntimo. Por eso la postura en el baile estrecho es de forma trapezoide, abierta hacia abajo. En este caso el centro del equilibrio está en medio de los dos cuerpos - en el espacio libre.

En la forma abierta los troncos están enfrentados. Con los brazos forman un círculo, un embudo de energía. El hombre da el impulso desde el pecho y los brazos y a través del pecho y de los brazos, la mujer recibe ese impulso. Ambos cuerpos forman un círculo, que se transforma en círculo energético. El brazo debe ser firme, pero no rígido. Cada uno debe estar centrado en su propio eje. Ellos quieren acercarse, pero se dejan frenar por el círculo energético.

Al hombre le atrae la mujer porque nota que como hombre le falta la mujer. Y la mujer se siente atraída por el hombre porque nota que como mujer le falta el hombre. A ambos les falta aquello que el otro tiene, y cada uno puede dar aquello que el otro necesita. Para que una relación de pareja se logre, el hombre tiene que ser hombre, y seguir siéndolo, y la mujer tiene que ser mujer, y seguir siéndolo.

Si el hombre desarrollo el femenino en sí mismo, ya no necesita la mujer, y sí la mujer desarrolla lo masculino en sí misma, ya no necesita al hombre.

Con la decisión de bailar juntos, el hombre asume el rol masculino - la dirección, es hombre y sigue siendo el que dirige. Con la decisión de bailar juntos la mujer asume el rol femenino - la entrega y sigue siendo mujer, sigue entregada.

El hombre dirige: él da orientación y sostén y provee seguridad, para que ella se sienta protegida. Así pueda desplegarse pueda realizar los firuletes y disfrutar del baile. Él la dirige en movimientos y... la frena. Él prepara sorpresas, para evitar la rutina.

La mujer se deja guiar, solo reacciona frente a sus impulsos y con eso le proporciona la importancia, que le hace falta para poder dirigir. Ella permanece en la entrega, espera en él y le da sentido a su dirección. En algunos momentos ella sostiene la estabilidad, para que él pueda entregarse por instantes e inventar nuevos juegos.

Hacen falta ensayos - no sale enseguida, porque no está claro, cuánto de cada ingrediente hace falta. Entregarse no significa dejarse caer. Y dirigir no significa imponerse a la fuerza.

Juntos crean un baile, un movimiento en el espacio, que es único para cada pareja. Ambos aportan lo suyo y en eso son iguales.

La relación de pareja se fundamenta en la necesidad mutua y en la renuncia al otro sexo. El hombre tiene que renunciar a adquirir lo femenino como algo propio y a tenerlo como si él mismo pudiera hacerse o ser una mujer. La mujer tiene que renunciar a adquirir lo masculino como algo propio y a tenerlo como si ella misma pudiera hacerse o ser un hombre, y todo esto también en el pleno sentido físico."


¿Entonces qué hacemos como mujeres? dejarnos guiar por ese movimiento, y esperar el inicio...

Porque "el inicio, marca la trayectoria" dice Omraam Mikhael Aivanhov...

Asi que a ejercitarnos en ese delicado arte de ser Mujer, no es tan sencillo, luego de 4 décadas de poder, en el que se nos fue la mano y ahora estamos solas como dice Carlos Fraga quien nos bautizó como la 4 X 4....

Como dice Tiu más adelante: 

"Bailar es dialogar

El movimiento es un diálogo. El hombre da un impulso, él dice algo a través de su cuerpo y de este modo revela algo de sí mismo. Muestra algo de su idiosincrasia, de su emoción, del misterio de ser hombre. La mujer recibe ese impulso y con ello también expresa algo. Revela algo de sí misma, muestra una emoción y algo de su misterio de ser mujer....

...El hombre tiene que estudiar a la mujer y sus movimientos. ¿Dónde apoya ella su peso, cómo y en qué movimiento puedo dirigirla? No puedo llevarla hacia la izquierda, si ella tiene su peso apoyado en el lado izquierdo. No se puede avanzar, si ella tiene su peso adelante. Ambos deben estar seguros de haber comprendido las señales que se han dado. Recién entonces se pueden involucrar el uno con el otro. 

Si ella no entendió, él le debe dar una nueva señal. Y ella tiene toda libertad de responder a esa señal o no. Si ella no quiere responder, no lo hace y él acepta. Él no la obliga ni ella a él.


Si él quisiera avanzar sin tenerla en cuenta o si ella se resistiera, ambos pierden el fluir del movimiento. Así se produciría una lucha por el poder.

Lo que si pueden hacer los dos: seducir al otro. El hombre la mujer para que le siga, y la mujer al hombre para que le sirva.

Bien, el hombre da una señal y ella responde. Al responder ella le da otra señal y él responde.
Es como en la vida real. Cuando yo escucho al otro, continúa el diálogo. Si no, no puedo ponerme en contacto con el otro. Entonces hablo cualquier cosa, y por lo general pasa de largo. Y de esa manera nada se puede desarrollar entre ambos. Así uno responde solamente a las propias propuestas y no a las de nuestro interlocutor.


Pero en muchos matrimonios también se presentan situaciones, donde un miembro de la pareja hace algo, que hiere al otro. Aquí también el que fue herido también siente la necesidad de compensar. Tiene la necesidad de vengarse..." pero ese es otro tema...

Por el momento dejo las preguntas en el aire, y comparto contigo algo de Hemingway sobre escribir... pues escribir, también ayuda a sanar...


Consejos de Hemingway para escribir sin miedo:
  1. Escribe frases breves. Comienza siempre con una oración corta. Utiliza un idioma vigoroso. Sé positivo, no negativo.
  2. La jerga que adoptes debe ser reciente, de lo contrario no sirve.
  3. Evita el uso de adjetivos, especialmente los extravagantes como “espléndido, grande, magnífico, suntuoso”.
  4. Nadie que tenga un cierto ingenio, que sienta y escriba con sinceridad acerca de las cosas que desea decir, puede escribir mal si se atiene a estas reglas.
  5. Para escribir me retrotraigo a la antigua desolación del cuarto de hotel en el que empecé a escribir. Dile a todo el mundo que vives en un hotel y hospédate en otro. Cuando te localicen, múdate al campo. Cuando te localicen en el campo, múdate a otra parte. Trabaja todo el día hasta que estés tan agotado que todo el ejercicio que puedas enfrentar sea leer los diarios. Entonces come, juega tenis, nada, o realiza alguna labor que te atonte sólo para mantener tu intestino en movimiento, y al día siguiente vuelve a escribir.
  6. Los escritores deberían trabajar solos. Deberían verse sólo una vez terminadas sus obras, y aun entonces, no con demasiada frecuencia. Si no, se vuelven como los escritores de Nueva York. Como lombrices de tierra dentro de una botella, tratando de nutrirse a partir del contacto entre ellos y de la botella. A veces la botella tiene forma artística, a veces económica, a veces económico-religiosa. Pero una vez que están en la botella, se quedan allí. Se sienten solos afuera de la botella. No quieren sentirse solos. Les da miedo estar solos en sus creencias…
  7. A veces, cuando me resulta difícil escribir, leo mis propios libros para levantarme el ánimo, y después recuerdo que siempre me resultó difícil y a veces casi imposible escribirlos
  8. Un escritor, si sirve para algo, no describe. Inventa o construye a partir del conocimiento personal o impersonal.
Fuente: Ciudad Selva

10 Consejos de Hemingway para escribir algo importante en la vida:
  1. Enamorarse.
  2. Creer en uno mismo cuando se escribe.
  3. Mirar el mundo.
  4. Frecuentar a los escritores del barrio.
  5. No perder el tiempo.
  6. Escuchar música y mirar pintura.
  7. Leer sin parar.
  8. No buscar explicarse a uno mismo.
  9. Seguir aquello que te da placer.
  10. Callarse la boca
Tomado de http://algundiaenalgunaparte.wordpress.com/2008/07/02/consejos-de-hemingway-para-escritores/

martes, 8 de febrero de 2011

Sin mamá, no hay éxito!

Sin mamá, no hay Exito!!!
de Zhair Marrero, el El miércoles, 28 de julio de 2010 a las 9:40

Tomado de la Revista Hellinger Sciencia
http://www.insconsfa.com/revista%20index%20BH.html
La madre y el éxito
Milán, 27 de enero de 2010
Os voy a contar algo sobre los órdenes del éxito.
Hemos descubierto yo y Marie Sophie una cosa muy importante, tan simple que me avergüenzo de decirla. ¿La digo?
El éxito tiene el rostro de la madre.
Así como una persona se comporta con respecto a su madre, así se relaciona con el éxito.
Si tiene una buena relación le irá bien, tendrá éxito en cualquier campo. Quien la rechaza, no.
También en una relación de pareja. La relación de pareja sería nuestro éxito más grande, y la cosa más difícil que existe. Lo más hermoso y lo más difícil suelen ir juntos…
Hace poco una mujer vino a un seminario y me dijo que tenía muchas ganas de estar en pareja con un hombre. Entonces le pregunté que qué tal le iba con su madre. La tensionó dominó su rostro al momento.
Y yo le dije: “Sin madre no hay hombre”.
De igual manera, para un hombre, podría afirmar: “Sin madre, no hay mujer”.
Y ésta es la base del éxito.
Si le preguntamos a un hombre que qué tal le va en el trabajo y me dice que mal, configuramos el trabajo con una representante femenina – siempre una mujer -, y delante le pongo a él y le pregunto que qué siente, y me dice que nada. El trabajo se aleja de él. Y si a esa madre le colocamos a su madre, repite el mismo movimiento.
Quien no toma a su madre no tiene éxito, fracasa en todos los planes.
Con esto, en realidad, ya lo expreso todo.
Si queréis sigo adelante quizás para un par de consejos prácticos.
Si aquí hay algún manager, debe saber que, si no tiene una buena relación con su madre, arruinará a la organización, porque se comportará con la empresa como con su madre.
Con Marie-Sophie, cuando vemos la televisión, reconocemos enseguida a quien tiene una buena relación con la madre, y lo vemos porque su rostro resplandece. Se le nota inmediatamente en la alegría que transmite su cara.
También existen otras reglas, pero ahora voy a iniciar un ejercicio por el que inmediatamente vais a obtener éxito.
¿Cuántas son las imágenes interiores que tenéis de vuestra madre?
¿Más de cinco imágenes? ¿o menos? Y, ¿qué sensaciones tenéis con respecto a ellas?
Y, para las que sois madres de entre las que aquí os encontráis: ¿Cuántos años habéis dedicado a vuestros hijos? ¿Cuánto habéis hecho por ellos? ¿Cuánto le procurasteis con amor? ¿Pudisteis hacer más? ¿O se lo disteis todo, todo lo que les podíais dar?
¿Puede haber un éxito mayor que el de parir a un hijo y cuidarle para que crezca?
Ya disponemos de cinco imágenes…
¿No resulta curioso el hecho de que haya gente mala?
Si de pequeños nos enfermamos y nuestra madre no se encontraba con nosotros, o nuestra madre se enfermó y tuvo que estar ausente, se nos cayó el mundo encima. Esto es un trauma, la separación precoz de la madre. Y, ¿de qué manera se comporta un traumatizado?
Por ejemplo, como un accidente.
Queremos movernos y no lo conseguimos, porque el movimiento se ha imposibilitado. Igual que en un trauma, el movimiento se ha interrumpido. Pero se puede reiniciar ese movimiento. Lentamente.
Si miramos a los niños pequeños, ¿son felices? Volved a esas imágenes internas, ¿somos felices siendo pequeños?
Busquemos las imágenes en que éramos felices, porque muchas veces están veladas por la experiencia del trauma, - repletas de dolor y de desesperación.
Cerrad los ojos…
Observad las imágenes que os separan de la madre, ligadas a emociones de dolor: al miedo, a la tristeza, a la rabia, a la desesperación… donde decidisteis que os quedabais detenidos sin poder avanzar hacia ella.
Probad a ir más atrás, a las imágenes de felicidad previas a esos momentos. Dejad que emerjan como muertos que resucitan: la felicidad más profunda en el seno de la madre, en sus brazos, amados por ella. Dejad que esas imágenes internas anteriores a todo cubran las imágenes que se quedaron detenidas en el dolor y en el sufrimiento. De manera que esas imágenes de felicidad comiencen a resplandecer, mientras que las otras desaparecen como la niebla.
Y ahora efectuamos en nuestro interior un movimiento hacia nuestra madre, muy lentamente, a pequeños pasos, a pesar del miedo, a pesar de la rabia, a pesar de la desilusión… Y miramos a nuestra madre a los ojos.
Observamos cómo resplandecen de amor.
Y damos un paso. Y otro. Y otro.
Para acabar al final en brazos de nuestra madre.
Y le decimos: “Querida mamá”. Mientras que ella nos dice: “Mi niño amado. Mi niña querida”.
Y estas hermosas imágenes en armonía con la madre de cada uno nos las llevamos en la vida que viene con posterioridad a ello, atravesando la juventud.
Con el resplandor que habéis sentido con estas imágenes ilumináis las otras imágenes, las que estaban llenas de pesar y tormento, sintiendo que la fuerza es diferente y que se pueblan de un nuevo amor, de felicidad.
En ese momento encontramos una pareja.
También esta pareja se ilumina del recuerdo luminoso que surge de la relación con nuestra madre. Ahora nos sentimos libres para estar en una relación de pareja.
Nuestra pareja viene atraída por este amor, y nosotros vamos a su encuentro. Y, con los ojos llenos de luz – llenos del amor de nuestra madre -, le miramos a los ojos, y le decimos:
“Te quiero”.

En Valencia, Bs. 150,o
Prductora ISamery Yusti
0414-438.19.90

Luego de 23 años... sigo activa con La PNL...

Y nunca se me olvida, porque surgió ese diciembre de 1999 fatídico en Caracas, Venezuela, con el deslave de la Guaira... allì conocì en la r...