domingo, 16 de mayo de 2010

The memories... I

Estoy acomodando los albumes de fotos de mis padres, se mudaron y me quede con ellos para ponerlos en scrapbook y luego llevarselos. Ya acomodé uno, voy con el otro. Eso me ha dado chance para mirar las fotos, y por arte de encantamiento, cada una de ellas me llevó al pasado para mirar hermosos momentos que me dejó la vida y tomar su belleza, su emoción, para con gratitud ahora mirar la vida con otros lentes.


Llegar a los cincuenta, ya cerca de mi cumpleaños, me lleva a mirar atrás en estos días, reconocer que los llevo bien puestos y que tengo muchas cosas que contar a mis nietos cuando lleguen.

Lo que me contaron...

Mis padres se casaron tres años antes de que yo naciera, un 21 de diciembre de 1957, y pasaron casi tres años antes que yo llegara un 20 de junio de 1960 en la Victoria Estado Aragua.


Es parte del proceso de reconstruirme con otros lentes en la vida que sigue su curso. TRaer la fuerza que emerge de las memorias, de las fotos viejas, reconociendo lo que es, y dándoles el justo lugar a cada cosa, poniendo orden, e irónicamente luego despedir todas esas imágenes internas para quedar en el vacío que nos permite ir sin expectativas hacia lo nuevo.
Es ir y amar a nuestros depredadores naturales como lo son los recuerdos, y nuestras reacciones, para, al dejar atrás las memorias, “quedarnos sin fuerza y privados del aliento, con sueños rotos y tirados en el piso (1)” porque tienen tanta fuerza que no nos damos cuenta e inconscientemente elaboramos una y otra vez la historia sumiéndonos en la más profunda depresión por lo que fue o lo que pudo haber sido.

Hasta que asegurándonos que respiramos aún en un leve movimiento, inhalamos con fuerza y volvemos a la vida, y cambiamos la ingenuidad por sabiduría, porque los recuerdos que ahora se colocan en el lugar que les corresponde, nos dejan la fuerza necesaria para estar en el presente y “nacer de nuevo” si se quiere, con una mirada diferente a la ingenuidad, con la sabiduría del que sabe cuál es el siguiente movimiento, aún sin tener la imagen de lo que viene.

Las mujeres conocemos la llave que abre ese movimiento, pero le tememos, le tenemos miedo a lo inexplorado, a lo incierto, salir de la seguridad de nuestra casa materna, nos hace inseguras en los primeros pasos, pero un día se nos obliga a encontrarla, y abrir la puerta como el cuento de Barba azúl, donde sabemos que tenemos que dejar en paz a los que se fueron y a lo que fue, con amor en el corazón, donde los sueños y esperanzas mueren porque no somos capaces de realizarlos por nosotras mismas.

Así entramos en la devastación de nuestras vidas, ver nuestra propia muerte y asentir a nuestro destino, nos asusta, pero darnos cuenta que de todas maneras estamos muertas, y que en la vida que vivimos somos fantasmas de alguien a quien representamos para que el otro nos quiera solo un poco, o nos deja libre para la vida que sigue su curso y nos llena de alegría…

Entonces es hora de cuestionar todo lo que hemos hecho y de cuestionarnos si vale la pena seguir muertas o revivir sin recuerdos, solo con la fuerza de la vida, “destruir al depredador es replicar a sus injurias” sin luchas extrañas sobre el poder “conservando el instinto, la vida, la alegría, en fin, la Fuerza!!!

No no somos una rosa sin espinas, la creencia que solo somos una rosa, tan delicada que apenas roza el dedo un pétalo éste se cae a los pocos minutos, las espinas están ahí para prevenir al que la toque, que si le haces daño a un pétalo, ella te pinchará y de tu dedo emana la sangre que paga el precio del pétalo que quisiste dañar…
Nota: estos escritos tienen como base mi trabajo personal acompañada de mi terapeuta y de la puesta en práctica de los ejercicios que propone el libro de Clarisa Pinkola Estés en Mujeres que corren con los lobos, y los librosde Walter Riso, más mi propio trabajo como facilitadora de aprendizajes en Constelaciones Familiares, Programación Neurolingüistica, Mediación y Terapia de Contención.

Luego de 23 años... sigo activa con La PNL...

Y nunca se me olvida, porque surgió ese diciembre de 1999 fatídico en Caracas, Venezuela, con el deslave de la Guaira... allì conocì en la r...