martes, 24 de julio de 2018

Te quiero, pero no estoy enamorad@ de ti. Elsa Punset (LIMERENCIAS)

Te quiero… pero no estoy enamorado de ti
Autor: Elsa Punset 23 noviembre 2010
(Tomado de la web, el link creo que fue eliminado, pero en el buscador coloque Limerencias, y este escrito apareció)

Asegura el psiquiatra y escritor Andrew Marshall que si hace pocos años el matrimonio era la piedra de toque de una sociedad dispuesta a que sus individuos mantuviesen el tejido social a cualquier precio, ahora rige el convencimiento de que los adultos tienen derecho a tener vidas afectivas plenas a lo largo de toda su vida.

El problema que ve Marshall es que el indicador que utilizamos para medir la vigencia de nuestras parejas ya no es el afecto o el amor, sino el enamoramiento. Y que el grito de guerra que más escucha en su consulta es “Te quiero… pero no estoy enamorado de ti.” ¿Y qué diantres puede contestar el otro ante semejante reproche?

A mí, de entrada, la simple idea de estar enamorada como el primer día me agota, literalmente. Me dan la razón los estudios más rigurosos, que afirman que el enamoramiento se parece como una gota de agua, químicamente y por sintomatología, a un desorden obsesivo-compulsivo. Sospecho que la única razón por la cual no han catalogado el enamoramiento como enfermedad común es que no pueden encerrarnos a todos.

El enamoramiento es un proceso puñetero pero que puede resultar útil de cara a la transformación y al aprendizaje personal. Es el momento, tal vez uno de los pocos, en el que logras hacerte vulnerable y por tanto abierto al cambio. El precio a pagar puede ser alto, porque a la naturaleza le importa un bledo que sufras o no: solo quiere asegurarse de que, desafiando el sentido común, dos personas formen un nido en el que criar a un par de ejemplares de la especie humana. Y casi todos picamos, sin tener en cuenta que el amor tiene etapas, y que, aunque cueste creerlo, todas podrían ser interesantes.

La piel de plátano en la que resbalamos para iniciar el proceso del enamoramiento se llama limerencia. Aquí nos sentimos de repente libres como el aire (qué paradoja, porque es justo entonces cuando nos ponemos la soga al cuello). En esos meses iniciales te acicalas, te obsesionas, fantaseas y sientes un deseo compulsivo de fundirte con el otro. Sospecho que es un proceso universal que resulta muy popular porque parece la respuesta a la plegaria con la que nacimos: “Tengo miedo, no quiero estar solo, quiero que me quieran.”

Bien, pues superado ese trance patológico, viene la sensatez (lo que Marshall denomina el establecimiento del “vínculo amoroso”). La diferencia entre la limerencia y el  vínculo amoroso es sencilla: la primera, al ser una estrategia interesada de la naturaleza, funciona sola: no hay que hacer nada, solo dejarse llevar por las promesas del amor
eterno. En cambio, el vínculo amoroso necesita cuidados y esfuerzos continuados. Y a
veces, atosigados por las preocupaciones y el cansancio diarios, nos descuidamos…
hasta que el vínculo amoroso se transforma en simple afecto. 

Allí empiezan los problemas, porque el afecto es perfecto para los hijos y para los amigos, pero que no vale para la pareja. La pareja necesita que mantengamos vivo el vínculo amoroso. es sencilla: la primera, al ser una estrategia interesada de la naturaleza,
funciona sola: no hay que hacer nada, solo dejarse llevar por las promesas del amor
eterno. En cambio, el vínculo amoroso necesita cuidados y esfuerzos continuados. Y a
veces, atosigados por las preocupaciones y el cansancio diarios, nos descuidamos…
hasta que el vínculo amoroso se transforma en simple afecto. Allí empiezan los problemas, porque el afecto es perfecto para los hijos y para los amigos, pero que no vale para la pareja. La pareja necesita que mantengamos vivo el vínculo amoroso.

¿Cómo lo hacemos?
Básicamente, se trata de recuperar dos elementos: la conexión emocional y el contacto físico. ¿Recordáis cuando flotábamos, eufóricos, en la etapa de la limerencia? Podíamos pasar horas mirando, tocando y sintiendo al otro, sin más. Ese es el alimento del amor duradero. ¿Existen trucos para recuperar esa conexión? Si, ahí van algunos: de entrada, volver a escuchar a la pareja de forma que se sienta escuchada, no solo “oída” (esto implica parar el tiempo e interesarse de corazón por el otro). Ser generosos en lo grande y en lo pequeño,  como cuando todo lo queríamos compartir con el otro. Reavivar el placer sencillo del contacto físico: caricias, miradas, abrazos… Y también derrochar a conciencia sentido del humor, porque la risa y la sonrisa son una fuente de alegría cómplice, fantástica y gratuita.

Específicamente, para los más decididos, Marshall sugiere un ejercicio que puede dejar atónitas a nuestras parejas pero que al parecer resulta muy eficaz: hay que mirar a la pareja a los ojos, sin decir nada, durante unos minutos, todos los días. Así conseguiremos empezar a reconectar, que es la esencia imprescindible del vínculo amoroso. Suerte, paciencia y al toro.
Elsa Punset




domingo, 15 de julio de 2018

Emigrar, Capítulo 1: La salida

Hoy amanecí con ganas de ir recorriendo esa línea de tiempo que significa emigrar.

Pensar en emigrar, era algo inaudito en mi vida, amando como amo a Venezuela, jamás se me hubiese ocurrido siquiera pensar en hacer maletas para irme, sobre todo porque hasta ahora he viajado y siempre regreso.

Este es mi segundo intento de salir del país como emigrante, el primero fué en 2007, para República Dominicana, para hacer formaciones en PNL con Lili y Andy, e incluso alquilé un departamento para quedarme, algo no funcionó y nos regresamos un año después.

Ahora fue diferente, hace dos años por abril 2017, vine a la Argentina y pasé con mi hija un mes, en el que recorrí un poco a Buenos Aires, a pié, como para poder tomar esa decisión tan difícil, que es dejar tu tierra de origen.


Me tomé un año y tres meses para preparar esta salida. Terminé de cerrar las formaciones. sentí que ya algo se me terminaba, incluso con la situación del país (Venezuela), en el que había que hacer colas desde las 3 de la mañana para comprar un paquete de Harina Pan, o conseguir los remedios de papá, o simplemente los costos del condominio.

¿Que significa emigrar?, no solo es meter la vida en dos maletas, sino ¿qué hacer con cada una de las cosas tuyas que tienen recuerdos y que debes dejar porque no caben: ese armario antiguo que compraste, las copas del matrimonio, las bandejas de mamá, y que se yo tantas cosas y recuerditos, papeles, y los "Libros". Mi Pasión por la lectura, un cuarto donde las paredes son bibliotecas y no te las puedes traer... 

Luego haces un recorrido de la vida, porque a mi edad ya se mira hacia atrás como un largo camino y se mira hacia adelante con lo que nos quede por transitar, y tomas la decisión de hacer un cambio fundamental, casi para pisar los 60 años, una nueva etapa vuelve a iniciar desde cero.

Ya con Boleto en mano, el 14 de mayo, a Tamy le amanece una especie de orzuelo que le había crecido y al llevarla al veterinario me dice que es un tumor invasivo, y en emergencia la operamos, pero siguió creciéndole por dentro. La resonancia mostraba que ya su cerebro pronto iba a dejar de funcionar. Asi, aunque ya habíamos iniciado el proceso de su salida, y casi comprado un kenet para que ella viajara conmigo, Tamy no resistió, y murió el 30 de mayo, aun me duele, no se porqué no quiso venir a la Argentina... fueron días tristes muy movidos.

La salida fue con dos amigas, Merlis y Rosa, estudiantes de mi formación en Constelaciones, hoy colegas, y mi hermano Francisco. Nadie más... así supe que tenía que venirme, así supe que ya la vida me decía que no me daba cuenta, que cada quién anda en lo suyo y que ya no es posible sobrevivir a tanta soledad.

Al llegar, volví a encontrar a mis hijos, que ya tienen años aca en Argentina. Es un reencuentro de alegría nueva, de conversas sobre lo que voy a hacer, de algún modo es estar con la vida que sigue su curso y yo tengo que aprender a mirar hacia adelante por los años que me queden de vida y disfrutarlos y disfrutar de mis experiencias nuevas.

Gracias Argentina por recibirme, ya tengo cita para la Precaria y el DNI, ahora a salir a caminar...

Gracias Argentina por recibirme!

Zhair Marrero S.
Psicóloga, Docente, Especialidad en Pedagogía de la Paz y Pedagogía Sistémica. Formadora en Constelaciones Familiares PNL y talleres de crecimiento personal

Email
hepacafes@gmail.com


miércoles, 11 de julio de 2018

¿Quién dijo miedo? Don MIguel Ruíz y Jorge Carvajal Posadas

La Enfermedad del Miedo– Miguel Ruíz

Quiero que te imagines que vives en un planeta donde todas las personas padecen una enfermedad en la piel. Durante dos mil o tres mil años, la gente de este planta ha sufrido la misma enfermedad: todo su cuerpo está cubierto de heridas infectadas, que Cuando la tocan, duelen de verdad. Evidentemente, la gente cree que esta es la fisiología normal de la piel. Incluso los libros de medicina describen dicha enfermedad como el estado normal. Al nacer la piel está sana pero a los tres o cuatro años de edad, empiezan a aparecer las primeras heridas y en la adolescencia, cubren todo el cuerpo.

¿Puedes imaginarte cómo se tratan esas personas? Para relacionarse entre sí tienen que proteger sus heridas. Casi nunca se tocan la piel las unas a las otras porque resulta demasiado doloroso, y si, por accidente, le tocas la piel a alguien, el dolor es tan intenso que de inmediato se enfada contigo y te toca a ti la tuya, sólo para desquitarse. Aun así, el instinto del amor es tan fuerte que en ese planeta se paga un precio elevado para tener relaciones con otras personas.

Bueno, imagínate que un día ocurre un milagro. Te despiertas y tu piel está completamente curada. Ya no tienes ninguna herida y no te duele cuando te tocan. Al tocar una piel sana se siente algo maravilloso porque la piel está hecha para la percepción. ¿Puedes imaginarte a ti mismo con una piel sana en un mundo en el que todas las personas tienen una enfermedad en la piel? No puedes tocar a los demás porque les duele y nadie te toca a ti porque piensan que te dolerá.

Si eres capaz de imaginarte esto, podrás comprender que si alguien de otro planeta viniera a visitarnos tendría una experiencia similar con los seres humanos. Pero no es nuestra piel la que está llena de heridas. Lo que el visitante descubriría es que la mente humana padece una enfermedad que se llama miedo. Al igual que la piel infectada de los habitantes de ese planeta imaginario, nuestro cuerpo emocional está lleno de heridas, de heridas infectadas por el veneno emocional. La enfermedad del miedo se manifiesta a través del enfado, del odio, de la tristeza, de la envidia y de la hipocresía, y el resultado de esta enfermedad son todas las emociones que provocan el sufrimiento del ser humano.

Todos los seres humanos padecen la misma enfermedad mental. Hasta podríamos decir que este mundo es un hospital mental. Sin embargo, esta enfermedad mental ha estado en el mundo desde hace miles de años. Los libros de medicina, psiquiatría y psicología la describen como un estado normal. La consideran normal, pero yo te digo que no lo es.



Cuando el miedo se hace demasiado intenso, la mente racional empieza a fallar y ya no es capaz de soportar todas las heridas llenas de veneno. Los libros de psicología denominan a este fenómeno enfermedad mental. Lo llamamos esquizofrenia, paranoia, psicosis, pero la verdad es que estas enfermedades aparecen cuando la mente racional está tan asustada y las heridas duelen tanto, que es preferible romper el contacto con el mundo exterior.

Los seres humanos vivimos con el miedo continuo a ser heridos y esto da origen a grandes conflictos dondequiera que vayamos. La manera de relacionarnos los unos con los otros provoca tanto dolor emocional que, sin ninguna razón aparente, nos enfadamos y sentimos celos, envidia, o tristeza. Incluso decir te amo puede resultar aterrador. Pero, aunque mantener una interacción emocional nos provoque dolor y nos dé miedo, seguimos iniciando una relación, casándonos y teniendo hijos.

Debido al miedo que los seres humanos tenemos a ser heridos y a fin de proteger nuestras heridas emocionales, creamos algo muy sofisticado en nuestra mente: un gran sistema de negación. En ese sistema de negación nos convertimos en unos perfectos mentirosos. Mentimos tan bien, que nos mentimos a nosotros mismos e incluso nos creemos nuestras propias mentiras.

MIGUEL RUIZ

El miedo. - Dr. Jorge Carvajal Posada

El miedo provoca más lumbago que todas las hernias discales, todos los problemas articulares, todos los problemas de columna, porque el temor hace que metamos, literalmente, el rabo entre las patas, cerramos el esfínter anal interno, a ese nivel, hay un centro de energía muy importante y, nos cerramos a la vida, contraemos toda la musculatura lumbosacra, esa parte queda mal irrigada y nos dan unos lumbagos terribles, y ese lumbago es el nombre clínico del miedo.

Si logro reconocer el núcleo del miedo, si logro observar mi cuerpo y veo que tengo los glúteos y toda esta parte contraída, si logro respirar hacia esa zona y liberar el sentimiento del miedo, y llamar al miedo y decirle "tú eres la mejor parte de mi mismo, cuando asciendes y te revelas, eres mi prudencia, ya no eres miedo, sino que eres prudencia, eres parte de mi amor también".

Cuando yo, a través de la respiración, logro ascender esa energía del miedo, y logro trasmutarla al altar del corazón, que es donde realmente nace el hombre que puede sanarse y puede sanar la vida, entonces desaparece el lumbago.

Mi resentimiento, mi odio, frecuentemente, está anclado en mis articulaciones. Yo estoy así totalmente rígido. A veces, con el puño apretado en la noche, inconscientemente, dispuesto a pegar y a agredir. Pues bien, ese dolor articular,es resentimiento congelado en esa parte del cuerpo.

Si logro experimentar ese dolor y asociarlo a mi sentimiento de ira y a mi resentimiento, y logro comprender que mi resentimiento es algo que se construye en el plexo solar, que bloquea la energía aquí y no permite a la energía acceder a mi corazón, ni a mi sistema inmune, puedo hacer mucho más que el reumatólogo, o puedo ayudarle mucho, para curar y sanar mi artritis, y yo soy responsable, no tengo que esperar que el reumatólogo me resuelva el problema.

Dr. Jorge Carvajal Posada

Meditación para disolver el Miedo


Todos hemos sentido miedo alguna vez. El miedo no es una emoción “negativa” ni mala. Es un sentimiento que nos quiere de alguna forma cuidar, ya sea preservando nuestra integridad o valor. El miedo no es lo mismo que la precaución. La precaución es una alerta natural del cuerpo la cual usamos para cuidar nuestra vida. Somos precavidos al voltear a ver si no viene un coche cuando cruzamos la calle, o al alertar a un niño de algún peligro, como cundo juega cerca de una ventana.

El miedo, por otro lado, está asociado a un sentimiento más fuerte de perder algo, de qué suceda algo terrible, de no tener o poder realizar lo que anhelamos o simplemente tener miedo a lo que no conocemos. Algunos estados de ánimo pueden derivar del miedo: la intranquilidad, la inseguridad, la ansiedad, la angustia, la incertidumbre, etc. Cuando el miedo es fuerte, estos estados ánimo se acentúan, muchas veces al grado de paralizarnos o de tratar de exentarnos de la realidad, como es en el caso más extremo de las personas disociada de su realidad.

¿Cómo desvanecer el miedo?

El miedo proviene muchas veces de que ocultamos o negamos sentimientos, ideas o pensamientos que creemos “son malos”. Los seres humanos nos hemos vuelto hábiles para reprimir o disfrazar lo que no nos gusta ver. De alguna forma enterramos pensamientos desagradables, en lugar de enfrentarlos, creyendo que de esta forma nos deshacemos de aquello que nos quiere perturbar o robar la calma. A veces parece que lo conseguimos, pero no siempre es así.

Ha de saberse que, por más que neguemos, escondamos o reprimamos los sentimientos que nos desagradan, estos permanecen en nosotros de alguna forma, El resultado es que de repente nos sentimos intranquilos, con miedo, inseguros, o preocupados. No podemos conseguir estar relajados e, incluso, dormir bien.

Para ayudarnos a desvanecer el miedo y las emociones que derivan de esta actitud, podemos utilizar el recurso de la meditación, la cual es una herramienta realmente útil para ayudar a observarnos y desenterrar aquellas causas que nos provocan que estemos tensos, ansiosos, etc.

¿Cómo hacer la meditación?

Lo más recomendable es encontrar un lugar donde no te molesten o haya ruido. Pero no es necesario. Hay personas que meditan mientras van en el autobús, o hacen fila. Sin embargo, si eres principiante, sin duda es más recomendable empezar en un lugar donde estés tranquilo.

La meditación es un estado de contemplación, la cual significa una observación consciente de algo.

Para meditar y desvanecer el miedo, lo que hay que hacer es simplemente observar de un modo objetivo (sin juicio).

Es importante que, si es de las primeras veces que meditas, lo hagas como un juego, pues muchas personas no logran meditar porque están esperando mucho de la meditación, sienten que no lo hacen bien o se lo toman con demasiada seriedad, lo cual les impide relajarse.

Una vez que encuentres el lugar que más te acomode, simplemente imagina que tu mente es un pizarrón en blanco donde se dibujarán ideas. Luego, permite que las ideas simplemente se dibujen en tu mente contestando a la pregunta: “¿Qué es lo que realmente temo?”.

Luego, simplemente permite que las ideas fluyan en tu cabeza, sin resistirte a ellas, obsérvalas como si observaras una película, y evita juzgarlas. Si sientes resistencia, respira hondamente y simplemente permite que tu mente te muestre lo que quiere mostrarte, sabiendo que lo que piensas o temes es sólo un pensamiento, una idea, una información que de alguna forma pide que la observes.

Si no aprendes a observar tus miedos, estos estarán latentes en ti. Los miedos simplemente son como burbujas atoradas en el inconsciente que necesitan hacerse conscientes. Cuando haces consciente algo que no te gusta, puedes sentir resistencia o rechazar la idea y querer pensar en otra cosa. Sin embargo, una vez que observes lo que temes, trata de llevar esa idea a una comprensión.

Por ejemplo: si te da miedo tener un accidente, puede ser que en algún momento de tu vida hayas visto algo terrible y se te ha quedado este recuerdo. Si viste enfermedad, quizá temas estar enfermos, así como si padeciste carencia, agresión, etc. Sin embargo, tu realidad no tiene por qué ser como la has visto allá afuera ni como te la han hecho creer. Así que, una vez que las imágenes empiecen a aparecer, deja que salgan, pon tu atención en tu corazón, que es donde reside tu propio poder, y piensa que estas protegido y bien querido por esa fuerza que habita dentro de ti, que es la misma fuerza que habita en la naturaleza y en cada persona.

Si no sientes alivio, enfócate en el palpitar de tu corazón, y haz que se sienta tranquilo y protegido. Luego, observa lentamente tu cuerpo y detecta sus resistencias, permite que se relaje haciendo latir al ritmo de tu corazón todo tu cuerpo, explicándole a tu cuerpo que la vida nada malo quiere para ti, sino sólo experiencias amables y que te llenen de conocimiento, porque así tú las eliges.

Haz esta meditación poco a poco y tantas veces como sea necesario, hasta que conigas sentirte mucho más tranquilo. Si al principio no puedes concentrarte o te resistes a pensar en tus miedos, prueba más tarde, no te fuerces demasiado. Recuerda que meditar es una forma de educar la mente y de empezar a dirigirla hacia lo que realmente queremos.

Hasta el Próximo post
Zhair Marrero S.
promoviendo.vida@gmail.com

sábado, 7 de julio de 2018

Pro Moviendo Vida, Zhair Marrero, se mudó a la Argentina

Hoy 8 de julio de 2018, nos fuimos de Venezuela para la Argentina, nuestro nuevo hogar.

Difícil de escribir, porque emigrar no es sencillo, ya hablaré de lo que significa meter la vida en 2 maletas...

Gracias Venezuela por todo el aprendizaje, mi patria querida, en la Victoria, Estado Aragua se sembró mi ombligo.

No se si regrese, pero se que por el tiempo que me quede de vida, quiero pasarla bien, sin colas a las 3 de la mañana para poder comprar un paquetico de harina pan... etc para no echarle más tierra al asunto.

Gracias porque hasta mis 58 años viví contigo y dentro de ti, como ese útero a donde regresaba después de cada viaje... esta vez, no se si regreso...

Voy con mis hijos que hace ya unos años volaron a las tierras del Sur del Sur para sentirse más libres...

Conmigo se vino Constelaciones Familiares, ahora "En Sintonía con la Vida", Gestión Organizacional con el enfoque de Bert Hellinger y también se vino HEPA "Herramientas del Exito para el Aprendizaje en PNL, es lo más valioso de esa maleta de la foto. Lo que traigo para ofrecerle a la  vida que sigue, no importa donde!

Ya estaré escribiendo alguna cosa... por el momento, me despido a la llanera, despedirme no quisiera, porque no encuentro maneeeraaa....

Zhair


jueves, 5 de julio de 2018

Practicar la felicidad VI, Tal Ben-Shahar. El buscador de virtudes

Practicar la felicidad

Tal Ben-Shahar

"El buscador de virtudes.

¿Por qué algunas personas que tienen todos los motivos del mundo para ser felices, que han hecho realidad todos sus sueños y alcanzado el éxito en sus vidas, se sienten desgraciadas, mientras que otras que han tropezado repetidas veces con penurias e infortunios celebran las cosas buenas de la vida? La razón de este sorprendente (aunque común) fenómeno es que la felicidad no depende únicamente de los hechos objetivos que componen nuestra vida, sino también de la manera subjetiva en que los interpretamos.

Resultado de imagen para virtudesUn hecho de la vida puede ser cualquier cosa, desde ganar un campeonato a sacar un simple aprobado en un examen, desde tener un golpe de suerte que nos haga ricos a ser rechazados por nuestra pareja. Pero la manera en que experimentemos ese hecho dependerá en buena medida de la interpretación que hagamos de él, así como de lo que nosotros resaltemos de este: ¿celebro mis éxitos y mis logros, o no les doy mucha importancia, pero sí lo lamento cuando no han sido perfectos? ¿Me reprocho a mí mismo por haber sacado bajas calificaciones o por haber sido rechazado, o presto más atención a las lecciones que estas experiencias pueden enseñarme?

Nadie es inmune a los sentimientos de tristeza o de dolor. Pero hay personas que siempre parecen capaces de encontrar el lado bueno de cualquier situación: se alegran de sus logros así como de los ajenos, tienen la habilidad de transformar un contratiempo en una oportunidad y van por la vida con un aire de optimismo. Y están los otros, que siempre ven el vaso medio vacío, casi nunca encuentran motivo para alegrarse, parecen siempre insatisfechos y viven en una atmósfera de mórbido pesimismo.

El primer ejemplo es el arquetipo del buscador de virtudes: la persona que siempre encuentra el hueco en medio de la tormenta, que si encuentra limón hace limonada, que ve el lado bueno de las cosas, que no recela de lo bueno porque es demasiado bueno. El segundo arquetipo es el que Henry David Thoreau llamó el buscador de defectos, que “encuentra defectos hasta en el paraíso”. El buscador de defectos siempre encontrará motivos para ser infeliz, no importa cuáles sean las circunstancias.

No soy de los que creen que todo sucede para mejor, pero sí que hay personas capaces de sacar lo mejor de cualquier cosa que suceda. La idea de que todo sucede para bien es pasiva; la de que podemos hacer algo bueno con lo que suceda es activa.

Para el buscador de defectos, no hay éxito ni victoria que pueda traer una felicidad duradera; y el fracaso y la calamidad le confirman siempre su visión desoladora de la vida. En contraste, quien aprende a fijarse en lo positivo puede sacar ventaja tanto del éxito como del fracaso. Donde mira el buscador de virtudes, ve oportunidades para el crecimiento y la felicidad."...


Resultado de imagen para virtudes
https://es.slideshare.net/DavidGalarzaFernndez/13-virtudes-humanas

Zhair Marrero S.
Psicóloga, Docente, Especialidad en Pedagogía de la Paz 
y Pedagogía Sistémica. Formadora en Constelaciones Familiares
PNL y talleres de crecimiento personal
email: promoviendo.vida@gmail.com


Luego de 23 años... sigo activa con La PNL...

Y nunca se me olvida, porque surgió ese diciembre de 1999 fatídico en Caracas, Venezuela, con el deslave de la Guaira... allì conocì en la r...