Somos difíciles..

Somos difíciles…

En el Facebook una chica colocó el post que inicia esta reflexión… 

Y como siempre, me quedo pensando en aquello que es “lo normal” , como considerar que nos dejan porque la otra es más fácil, o menos complicada. 

Más bien creo que nos volvemos difíciles con el paso del tiempo y la convivencia, comenzamos a querer cosas que el otro no puede darnos, comenzamos a quejarnos por todo lo que no tenemos y como dice Jorge Bucay "creemos que el pasto del vecino es más verde". 

La exigencia ocupa el lugar de la convivencia sana.

He leído desde mi divorcio muchos libros acerca de la pareja y sobre la convivencia, he hecho terapia para el dolor de la separación, pero de todo eso lo mas grande que he encontrado es que no fui la misma mujer con la que se casó, ese era su reclamo también, y es verdad, en el cuerpo femenino ocurren muchas cosas luego del embarazo, ya no eres la misma, ver nuestro cuerpo estirarse nos cea un conflicto dual, porque por un lado queremos al hijo, lo queremos tener, pero por el otro sabemos que se nos va la figura, y que nuestro cuero se estira y probablemente nunca más volverá a ser el mismo.

Luego el tiempo va pasando, llega la menopausia, y por la desinformación el Hombre también siente que todo acabó allí, que sus efectos nos dejan secas por dentro, la soledad que se siente en el silencio es más fuerte aún estando juntos... y luego no se recupera la confianza...

Volver a confiar es harto difícil... recuperarse es de dos y requiere un esfuerzo para hacerlo diferente.

Hoy luego de ya cuatro años, entendí que lo primero es recuperar la confianza en si mismo, en mi misma, y creer que hay vida después de un divorcio, de una separación de tantos años. 

Reconstruir implica dejar atrás sueños rotos para imaginar unos nuevos. Y en esos nuevos renunciar a lo viejo y co-construir lo que sigue...

Ahora dando el siguiente paso... con más fuerza... insistiendo todos los días en ser mejor persona...