Aprendí...

"Yo, eso es lo que aprendí con la vida, que no puedo controlar nada. Y así vivo, día a día, con la confianza de que tengo suficientes recursos personales, experiencia, corazón abierto, para enfrentar lo que venga, sin susto. No me puedo poner el parche antes de la herida. Vivir con miedo no tiene sentido. La vida tiene riesgos y dolores inevitables y mientras más uno se rinde ante lo inevitable, más vives, porque no puedes controlar nada". Isabel Allende.

  Cuando hagas tu trabajo, hazlo bien, perfecciónate en ello, fórmate y trans-fórmate.

Aprendí en Mediación, de la mano de Marta Paillet, que puedo hablar hasta entendernos, que antes de tirar la puerta y cerrarla definitivamente puedo hacer un intento de re-conciliar, de re-negociar, legitimando las emociones que nos llevaron a la disputa y al desencuentro. Dejándonos en un acuerdo que nos permite ganar-ganar.

Aprendí en el Instituto Venezolano de PNL, de la mano de Lenín Wilhelm, y luego de Richard Bandler que ir hacia la excelencia y hacia los estados esenciales que ella produce, es ir por el camino de la alegría y felicidad. Que la ecología, no solo tiene que ver con el ambiente, sino con el ser humano, cuidar de ti y de los otros, de cerca o de lejos. Cuidarlos incluso de ti mismo. Que puedo acelerar esos estados de excelencia en una aventura hacia lo que creía imposible de lograr, con la perseverancia, autoexigencia, y contínua actualización en lo que hago, adaptando creencias, capacidades, valores y acciones según va cambiando el mundo en el que quiero vivir.

Que cerrar tu propio proceso es responsabilidad individual, y que el facilitador es solo eso, un facilitador del proceso que tú mismo conduces hacia la excelencia.

En Constelaciones aprendí de la mano de Carola Castillo y luego de Bert Hellinger, que no hay nada bueno ni malo, que simplemente es, que respondemos a lealtades invisibles que nos llevan a señalar a otros como culpables para sentirnos inocentes en un movimiento que nos lleva por la vida en un amor ciego hacia lo que viene de nuestra propia familia, y que podemos salir de allí en un movimiento hacia la vida, tal como Es, asintiendo a lo que Es, Reconociendo, sin resistencias, consiguiendo así una, libertad interior y una mirada diferente, que incluye a todos con amor en el corazón, ni mejor ni peor, solo es diferente…

En Contención aprendí de la mano de Laura Rincón Gallardo y Jirina Prekop, que el amor puede fluir en la familia, que el abrazo de contención no nos permite huir de ese amor, que hasta que no lo conseguimos estaremos ahí, logrando asi reconciliarnos y sanar los vínculos heridos o lastimados con nuestros padres, con nuestros niños internos, para lograr el pasaporte que heredamos de los padres: seguridad y confianza.

Y de la vida aprendo todos los días, cada uno nuevecito, a vivir el presente, asegurándome que respiro como dice Eckhart Tolle, pasando la página a lo que fue, para abrir una nueva todos los días en la que escribimos nuevas opciones para crear esa estructura interior que es flexible, movible, e irónicamente inestable, haciéndonos responsables de lo que hacemos, de lo que decimos, de lo que somos capaces de hacer, de lo que somos capaces de crear

De la metafísica aprendo de Aquello que está más allá de lo físico, que lo que envíe yo al universo, se me devuelve, que el pensamiento crea realidades, que buscar el equilibrio en las polaridades nos lleva hacia el centro del corazón, que los ritmos de la vida existen para aprender a fluir a pesar de las circunstancias…

De los estudiantes de la vida que contacto en mis cursos, en la calle, en mi trabajo, aprendo todos los días algo nuevo, me muestran que es posible, que con motivación y perseverancia podemos lograr lo que queremos cuando nos percibimos dentro de un contexto mayor, que la culpa no es de la vaca, y que con la mirada en el horizonte siempre vamos hacia adelante. Que los sueños se realizan y si quieres, puedes...

Que soy humana, que cometo errores según el mapa del otro, que me equivoco, y que lo que hoy puede ser verdad, mañana otra verdad ocupe su lugar…De Robert Dilts aprendí que el viaje del héroe es un movimiento rítmico y que puedo fluir con ese movimiento…

De Martin Seligman descubrí que la felicidad existe, y que tengo fortalezas para lograrla, asi que si lees esto, mi invitación es que busques en ti esas fortalezas que te llevan a la vida, logrando estados de excelencia, que no dependan de lo que el otro haga o deje de hacer, haciéndote responsable de tu propio proceso, reconociendo lo que es, para que fluya el amor dentro de ti y hacer de este nuestro mundo el lugar en el que queremos vivir.

Y ahora, luego de terminar mi carrera de Psicología, no solo aprendí que soy "humana, demasiado humana" ante el dolor y el campo familiar de mi cliente... y que estar en sintonía con todos ellos me hace pequeña...

Desde allí, gracias por confiar
Hasta el próximo post
Zhair Marrero S.
Docente y Psicóloga
promoviendo.vida@gmail.com