jueves, 1 de noviembre de 2018

La Consecución del Exito. Tal Ben Shahar

La consecución del éxito. La profesora Ellen Langer realizó un experimento en el que pidió a dos grupos de estudiantes que evaluaran el nivel de inteligencia de un cierto número de destacados científicos. Al primer grupo de estudiantes no se le dio ninguna información
acerca de cómo esos científicos habían alcanzado sus éxitos. Estos estudiantes asignaron un alto valor a la inteligencia de los científicos y no consideraron que sus logros fueran alcanzables por personas normales. A los estudiantes del segundo grupo se les facilitó la misma lista de científicos y de éxitos logrados por ellos, pero además se les proporcionó información acerca de los pasos que los científicos siguieron hasta culminar sus investigaciones: las pruebas realizadas, los errores y los reveses experimentados durante su trabajo. Los estudiantes de este grupo también dieron una alta evaluación a los científicos (al igual que el primer grupo) pero, a diferencia del otro grupo, consideraron que los logros de los científicos eran alcanzables por personas normales. 

Los estudiantes del primer grupo, a quienes solo se les comunicaron los éxitos alcanzados por los científicos, asumieron una mentalidad perfeccionista, desde la cual solo veían una parte de la realidad: el resultado; los estudiantes del segundo grupo, en cambio, que recibieron información sobre los éxitos de los científicos pero también sobre los pasos que siguieron, adoptaron una mentalidad optimalista (Optimista), desde la que observaron la realidad en su conjunto, tanto el resultado como el proceso que condujo hasta allí.



No hace falta decir que toda victoria llega tras una serie de pasos: alguien estudia algo durante años, llevándose muchos fracasos, esforzándose por superarlos y atravesando una serie de altibajos hasta alcanzar la meta. El mundo de la música, por ejemplo, está lleno de éxitos que aparecen “de la noche a la mañana”, pero la verdad es que sus autores trabajaron mucho y durante años antes de alcanzar esos éxitos. Lo que pasa es que vemos solo el resultado final y pasamos por alto el esfuerzo en energía y tiempo que hizo falta para llegar ahí; en consecuencia, esos éxitos nos parecen inalcanzables, la obra de un genio sobrehumano. Como dice Langer: “Al conocer la manera en la que alguien ha alcanzado su meta, tendemos a ver sus logros como el resultado de un considerable esfuerzo y, así, nuestras propias metas nos parecen más fáciles de alcanzar... Las personas pueden imaginar mejor su avance a través de pequeños pasos, no situadas de una vez en las alturas, que así parecen inalcanzables”.

Tal Ben Shahar

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Luego de 23 años... sigo activa con La PNL...

Y nunca se me olvida, porque surgió ese diciembre de 1999 fatídico en Caracas, Venezuela, con el deslave de la Guaira... allì conocì en la r...