miércoles, 18 de abril de 2012

Hojas de otoño... la inocencia

Y llegó el otoño con sus colores ocres, entre dorados y rojos..
con su tristeza larga, como dice la canción de mi querido viejo...

Algo llega a su fin  y cae por su propio peso. Muchas hojas al caer, dejan su historia, y un día escuche a una de ellas contar la suya... dejé que me hablara...

Decía que fue bonito  cuando todo lo verde estaba junto a ella,  no era la primera,  ya lo sabía,  las grandes contaban la historia, sobre todo aquellas que ya estaban como hoy ella se encuentra...

Cuando todo estaba verde, sus hermanas y ella soñaban, conversaban sobre lo que harían cuando pudieran saltar hasta el suelo. Disfrutaban del viento que pasaba dejándoles saludos, sonreían al sol en la mañana, y en la noche hacían lo que todas las hojas hacían. Cuchicheaban, se contaban lo que las vecinas hacían, veían algunas volar en los atardeceres.

Los sueños de las grandes, era que un gran viento pasara y volarían a diferentes lugares, y así era, solo tenían que esperar el atardecer y se las llevaba. Pensaban ir a París, visitar la torre Eifel,  eso lo escucharon de una mujer que un día se sentó a la sombra de su árbol. Esa mujer soñaba amaneceres, llegaba muy temprano a leer su libro, y hablaba en voz alta, como si supiera que  ellas la estaban escuchando.

Así aprendió sobre el amor, sobre versos de Neruda, sobre el sentido de la vida con Vicktor Frank, en fin...

Ahora  cuando sus colores cambiaron y ha pasado el tiempo, ella sabe que ya llega la hora de realizar sus sueños, pronto será libre,  pronto caerá, algunas que se han quedado abajo le dicen que no sueñe tanto, que  cando caiga morirá lentamente como ellas, que no existe la inmortalidad de los cuentos...

La Sra. llegó como todos los días, muy temprano, abrió su libro y se sentó a leer, ésta vez leía  una novela... ni siquiera lo sintió, de pronto se encontró volando por los aires, todas movieron sus cuerpos para despedirla, lo que no se esperaba es que cayó sobre el libro. La Sra, la tomo muy suavemente, y la guardó protegida dentro de él. 

Cuenta la leyenda, que la hoja ha viajado por todo el  mundo.  La Sra, la hizo preservar como marcador de sus libros. Otro día le preguntaré que fué lo que conoció, tal vez nos hable de la Torre Eifel 

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