martes, 2 de octubre de 2007

Raices...

La verdad es que escribir sobre raices, es referirme un poco a lo que mi hermano escribe sobre mamá y papá, sobre si irnos o quedarnos en nuestra patria, y su amor por el estado Lara, en el que quisiera él haber nacido, estado que adoptó como propio, con sus pueblos y sus latitudes, alegrias y tristezas que recuerdan remembranzas de un pasado.

"Sin raices no hay alas para volar" Bertold Ulsamer

Y es que el país donde nacemos nos siembra en su tierra, tierra fresca con olor a lluvia y mastranto. Naci en la Victoria, no en el Estado Lara, en el Estado Aragua. Y el sitio donde nacemos marca un poco nuestra ruta..

En la Victoria se celebró la Batalla de la Juventud, con José Felíx Rivas al frente:

"Con un puñado de universitarios y seminaristas, José Félix Ribas y Campo Elías se cubrieron de gloria al derrotar en La Victoria a Boves y Morales el 12 de febrero de 1814.

Después de haber dejado bien protegida a Caracas mediante la construcción de una «ciudadela» formada por 25 manzanas en tomo a la Plaza Mayor, Ribas reúne un puñado de jóvenes inexpertos en el uso del fusil, armados más que todo del coraje que inspira la defensa de la patria, y con ellos, que unidos a los soldados no pasan de 1.500, marcha a La Victoria a enfrentarse a las tropas realistas, que tienen unos 2.500 hombres.

La batalla comenzó antes de las 8 de la mañana, y a las cinco de la tarde aún no se había decidido por ningún bando. Finalmente, cuando ya empieza a oscurecer y los patriotas están más comprometidos resistiendo los ataques de Morales, aparece Vicente Campo Elías con un valioso refuerzo de 220 soldados, lo cual fue suficiente para que con el empuje de Mariano Montilla, Sedeño, los hermanos Padrón, Campo Elías y el propio Ribas, se obtuviera el espléndido triunfo de la Victoria. Unos cien patriotas murieron, entre ellos el coronel Rivas Dávila.

La de La Victoria fue una batalla que, si se atiende a la enorme diferencia numérica, era imposible que ganaran los patriotas; sin embargo, el coraje, el encendido patriotismo de Ribas, «airado e imponente como el ángel terrible de Ezequías», así como el oportuno auxilio de Campo Elías, lograron el milagro del triunfo, un triunfo que lo fue de la juventud que heroicamente se inmoló ese día en La Victoria. Esta batalla impide el intento realista de cortar las comunicaciones entre Caracas y Valencia."....

Y traigo esta historia porque en mi trabajo del Taller "El árbol familiar la fuerza de nuestros ancestros", cuando investigo sobre la ciudad donde nacemos, encuentro que nuestra vida registra algunos hechos que tienen que ver con ese lugar, pareciera que nuestro cordón umbilical se siembra en la ciudad y nos nutre con su historia.

Los que conozco hasta ahora que nacimos en la Victoria, desde jovenes, (coincide la edad de los seminaristas 16 a 20 años), llevamos en nuestra ruta, la lucha, la independencia, y a veces pareciera que tenemos que armarnos de valor y coraje para defender lo que es nuestro. La lucha por un territorio emocional, afectivo, por defender nuestra autonomia y a veces nuestra propia soledad en esos cuarteles mentales.

Aprender a defender lo nuestro, es establecer límites para el otro, y salir de la inmolación emocional en la que vivimos como victimas, ahora ya no se requiere de la lucha con el otro, es mirar que todos libramos una batalla interior, cada quien tiene la propia, salir de ella es salir por la puerta grande del soltar, dejar atrás, perdonar, asentir, asumir lo nuestro y seguir adelante con la vida.

Hace poco fui a La Victoria a buscar mi partida de nacimiento, el camino hacia el pueblo esta lleno de caña de azucar, de verde, de palmeras, de lomas verdes que invitan al silencio, a la reflexión, a vivir, no, no tengo recuerdos, estan muy lejos, apenas nací allí y quizás vivi un año o dos.

Sentí un vacío, nada me parece conocido ya, y aquello que pensé me recibiría con los brazos abiertos, no estaba, tomé un poco de tierra y me la llevo conmigo en mi corazón, me despidió si, con un hermoso atardecer, lo deje ir con todo lo que ello significa, se fue la lucha, allí en el ocaso estaban los jovenes que murieron por sus ideales, allí se fueron las batallas, mis batallas internas, a ese lugar donde no hay buenos ni malos, a ese lugar de donde todo procede y a donde todo retornará, y cuando el sol ya se ocultó, recorde que por ahi tenia algo de hace tiempo y que es hora de dejar atrás:

Seguramente no pudiste
seguramente no supiste
seguramente las circunstancias de a vida te llevaron a no estar presente.

¿Y qué hago yo ahora?, aqui, sola, vacía con un hueco enorme
que no se llena con cosas, ni con actividades
que no lo llena él, que no lo llena nadie, más que tu ausencia.

Los usé a todos, en la búsqueda incansable.
Seguramente me has querido
seguramente me has amado
pero yo, no te he sentido.

Me hicieron falta tus manos
me hicieron falta tus abrazos
me hicieron falta tus caricias
me hicistes falta.

Hice de la espiritualidad mi consuelo
pero solo abrazaba a mi Alma
y en mi piel solo sentía
el placer de la desconfianza.
Asi pasaron los tiempos, y con ellos aprendí a curar mis propias heridas,

me encerré en un caparazón, una cubierta de grasa y carne,
donde lamía mis desventuras,
donde encontré mi propio rechazo, mi rabia y mi desprecio.
y la busqueda terminó, encontré mi piel, una tarde cualquiera, bajo la dirección sublime de una sacerdotiza de luna y miel,
que hizo imprimir tus huellas perfectas:imprimio tus manos,
imprimió tu utero cálido que una vez me contuvo.
Imprimió en mi piel la luz del amanecer a la vida,
salí del hueco oscuro, por una escalera,
por un canal de amor, sellada para siempre con el símnolo invisible
de los que ahora podemos amar y entregarnos.

Hoy te veo y puedo amarte como sea,
como fué, como es, como será mañana en el espacio infinito del tiempo.
Hoy llena de ti, de tu esencia
por primera vez respiro por los poros abiertos,
sensibles al perfume de la vida.
¿Sabes? ahora descubro el sentir de la vida,
puedo sentirlo a él, puedo oler su esencia y diferenciarme
Puedo mirarme con dignidad, amor y respeto, primer paso que doy en el redescubrimiento de la vida.
Gracias por la vida que me diste, mamá.


Dic. 2003

2 comentarios:

  1. Buscando ese libro, que me han recomendado, descubro tu blog y me gusta.

    saludos.

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  2. El libro es bellisimo, y de alguna manera al menos por aca por Venezuela, tenemos esa raices de una raza que fue usada, manipulada y despreciada, que en el libro se honran con la dignidad que les corresponde.

    Que bueno que te gusta, eso se llama resonancia en nosotros, porque de alguna manera las dinámicas so parecidas en la historia.

    Un abrazo del Alma
    Saludos Bahia...

    ResponderEliminar

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