lunes, 4 de octubre de 2010

Las Pérdidas... ese extraño bicho que se nos mete en el corazón y no sabemos cómo sacarlo...


Las pérdidas, cualquiera que sea, de un ser querido, de un auto, de una casa, de dinero, o simplemente de un divorcio, de una separación, rupturas, de una muerte, nos pueden conducir muy fácilmente a un estado depresivo por sentir que "no se puede, nadie puede", es un "extraño bicho que se nos mete no solo en la mente sino en el cuerpo.

Sacarlo de ahí, toma tiempo, no es tan fácil como la rabia, aunque es una de las etapas del duelo, que nos hace sentir tristes, frágiles, sin fuerza para tomar la vida tal como es, como un proceso donde hay un inicio, nacimiento, un proceso de maduración y luego la muerte.

Es bueno saber y reconocer que estamos ahí, como primer paso para legitimar que vamos a entrar en un paréntesis de la vida, donde le damos paso y entrada a la soledad, el celibato consciente, la reflexión interna, el silencio y la fragilidad emocional o sensibilidad.

No es momento de hacer como Tarzan, saltar de liana en liana y buscar sustitutos que nos animen a continuar adelante, es necesario caer al piso antes de montarte en otra liana, aterrizar tus emociones y resolver internamente en un proceso consciente, solo o acompañado, este bicho que llevamos por dentro.

Es un proceso de buscar una paz interior, como dije antes, solo o acompañado por un terapeuta, en esa soledad interior que reflexiona sobre los pasos dados para dejar que emerja poco a poco lo nuevo.

Atravesar el tunel oscuro de las emociones, no es fácil, la rabia toma parte en ello, al no entender los porqués que tiene la vida para darnos semejante lección o los porqués te fuiste si yo....

Es tiempo entonces de decir que nos da rabia porque amamos, porque comprometimos nuestros sentimientos en el amado o en la cosa amada, siendo fieles a nuestro amor y compromiso, no entendemos las razones ni el porqué nos pasa esto... y entra la autoconmiseración al escenario...

A veces siento que en esto de las separaciones y las pérdidas, somos egoistas, porque no miramos lo que se fué, solo miramos el hueco que nos dejó y nos quedamos mirando el hueco en lugar de decir adios. Pero bueno, esto es parte del proceso, no se puede saltar.

La autoconmiseración es solo ver nuestro ombligo, no podemos levantar la mirada por el dolor que "me" ocasionas al dejarme o morirte o perderte, y salir de ese espacio, requiere de mirar con amor lo que me dejaste en el ombligo, y dar gracias por ello, por el recuerdo hermoso.

Una vez que superas la autoconmiseración, viene leeeeenta, pero segura, la tristeza, ella se queda más tiempo en nosotros, y con nostalgia y lágrimas quedas, las imágenes se van vistiendo de sepia, aún no me doy cuenta exacta de el vacío, solo recuerdos emergen, es bueno mirar los albumes en estas etapas, revisar las fotos viejas, dar gracias por ellas, y quedarnos con las que nos muestran el amor compartido.

Salir de ella, de la tristeza, es dificil, porque sabemos que cuando levantemos la cara nos vamos a encontrar con la soledad y el vacío y eso asusta, el miedo hace su aparición. Nos aterroriza su aparición, cuando en la cama ya no estás, o cuando la ropa en el closet me invita a sacarla de ahi para donarla, es de las cosas más difíciles de hacer, porque nos negamos a la pérdida, y a veces en un intento por recuperarlo, rogamos, imploramos, porque la soledad apremia, y el miedo es libre.

Esta etapa del bicho extraño, en principio es terrible, acostumbrarnos al espacio vacío sin lanzarnos en otra liana para que lo ocupe antes de sentirlo, no es sencillo, requiere de nuestro valor, y si no lo tienes, es bueno acompañarse de un terapeuta que nos ayude en el proceso, porque es en la soledad que dejas, dejas también viejas pautas de comportamientos para reconstruirte con nuevas creencias, certezas, y fuerza interior.

En esta reconstrucción, podemos revisar lo que no hemos hecho bien, los errores del pasado para no continuarlos en el presente, son decisiones actuadas, no solo propuestas de año nuevo, es planificarlas y comenzar a probarlas inmediatamente, como por ejemplo, iniciar un nuevo idioma, una nueva carrera, desayunar diferente, caminar en las tardes, cambiar hábitos de alimentación, probar nuevas formas de vestirnos, mirar una nueva imágen y probarla, quizás siendo más YO, más acorde con lo que Soy y no con lo que quieren que sea, o lo que se pide que sea, o lo que se pide que haga. Asintiendo a lo que verdaderamente ES ahora!.

Muchas personas en estas etapas, dejan el trabajo que estan haciendo para hacer lo que verdaderamente han soñado desde hace tiempo, o hacen un contacto verdadero con Dios, se mueven en la búsqueda espiritual que han sentido, pero que no han sido capaces de vivir en la plenitud, la oración y la meditación se hacen parte de este proceso de soledad, y las oraciones se inician con un "sacame de aqui", hasta que un día te das cuenta que ya no estás ahí y comienzas a mirar el mundo desde otra perspectiva, ya que asi entendemos el concepto verdadero de Dios, que no está en los dogmas, ni en las inglesias, es un Dios que está en todas partes y se comunica conmigo de diversas formas y milagros grandes y pequeños. Nos damos cuenta que es más sencillo de sentir y conectarnos a El, porque al mismo tiempo vamos sintiendo más felicidad que tristeza, más alegría por vivir que dolor, y más Vida que muerte.

Es entonces que la oración y la meditación es un GRACIAS... por lo que he vivido y por la fuerza para seguir viviendo...

Solo cuando llegamos ahí, es tiempo de estar listos de nuevo para la vida...

"La vida es un constante proceso, una continua transformación en el tiempo, un nacer, morir y renacer." Hermann Keyserling (1880-1946) Filósofo y científico alemán.

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